Dejando atrás los paisajes helados de Kamensk-Shakhtinsky, en el sur de Rusia, Anna Krylova, nacida el 3 de octubre de 1985, llegó a Nueva York con una maestría en Relaciones Públicas y una ambiciosa carrera en publicidad. Pero el destino, como suele ocurrir, tenía otros planes. Una agencia de modelos la descubrió, y su vida tomó un giro inesperado.
Su transición al mundo del modelaje fue meteórica. Dejando atrás los trajes de oficina, Anna se convirtió en una modelo de talla grande, un nicho que ella misma ha ayudado a revolucionar. Colaboraciones con gigantes de la moda como Revolve, Alo, Skims, Nordstrom, Target, Adidas y Forever 21 son solo algunas pinceladas de su exitoso recorrido. Su imagen en las icónicas vallas de Times Square para Skims es una prueba irrefutable de su impacto.
Pero la historia no termina ahí. La versatilidad de Anna trasciende la pasarela. Su pasión por la música la llevó a convertirse en DJ, mezclando sets para clientes de renombre como Amazon, Meta, Foot Locker, Ulta, Barbie y Nike. Desde eventos exclusivos en la azotea del restaurante Mama Shelter en Hollywood hasta los partidos de los Chargers en el SoFi Stadium, su música se ha convertido en el soundtrack de diversos momentos.
Más allá del glamour, Anna se ha convertido en una defensora de la diversidad corporal. Como una de las primeras embajadoras de Good American, la marca de jeans de Khloé Kardashian, ayudó a cambiar la perspectiva de la industria, normalizando la representación de cuerpos de talla grande. Con más de 60 millones de seguidores en Instagram, comparte su vida con autenticidad, mezclando humor, vulnerabilidad y una humildad que la hacen aún más cercana a su audiencia.
Su presencia se extiende a importantes medios de comunicación, con apariciones en publicaciones como LA Times, Glamour Magazine, InStyle, Refinery 29 y Bustle. Además, se desempeña como una presentadora y oradora muy solicitada, impartiendo talleres para Nike y colaborando con marcas como Reebok, Crocs y Wet n Wild. A sus 39 años, Anna Krylova no solo es un icono de la moda, sino un ejemplo de perseverancia, talento y autoconfianza. Su historia es un recordatorio de que el camino al éxito está lleno de sorpresas y que la verdadera belleza reside en la autenticidad.
Su viaje, desde las frías estepas rusas hasta las luces de Los Ángeles, es una narrativa de superación y reinvención continua, un testimonio de la fuerza y determinación de una mujer que se atreve a desafiar las normas y a construir un imperio propio, a su manera.