Mariana Seoane revela su romance secreto con Luis Miguel: 'Éramos amigos con derechos'
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Mariana, tras una estancia en Alemania, recibió una invitación inesperada: boletos para un concierto de Luis Miguel. Pero la historia no se limita a un simple concierto. La noche en cuestión comenzó en "Huevos de Lucio", un restaurante cercano a Casa Lucio, donde un encuentro casual con Javier, hijo del dueño, daría un giro inesperado a la velada. “Oye cariño, ¿pero que me han dicho que tú quieres conocer a Luis Miguel?”, le preguntó Javier, abriendo una puerta a lo que se convertiría en una noche de película.
Fue entonces que, guiada por Javier, Mariana se dirigió al restaurante "El Ando". La tensión era palpable. “Entras, está el guardarropa… y de pronto, abres la puerta y ¡ahí estaba Luis Miguel!”, recuerda Mariana. Su amiga Sofía, una alemana de ascendencia griega, la acompañaba, completamente ajena a la magnitud del momento. La sorpresa, sin embargo, se incrementaría exponencialmente.
En medio de la inesperada situación, Mariana se vio cara a cara no solo con Luis Miguel, sino también con Fernanda Chabat, una gran amiga de Lucero, quien la presentó a "El Sol". “¡No me lo puedo creer! Esto es… ¡el universo lo hizo!”, exclamó Mariana, abrumada por la incredulidad.
El encuentro no terminó ahí. Tras una breve conversación con Luis Miguel, donde Mariana le pidió una foto y él la invitó a su mesa, la cantante se encontró rodeada de un grupo de personalidades: Manuel Alejandro, el reconocido compositor, entre otros. La noche transcurrió entre música, conversaciones, y una inesperada invitación a la suite de Luis Miguel. “De pedir una foto a estar en el coche de Luis Miguel, entrar al Palace Hotel por la cocina… ¡fue una locura!”, relata Mariana con evidente emoción.
La relación entre Mariana y Luis Miguel, según la cantante, fue más allá de una simple fotografía. Se trató de un vínculo que nació en un momento vulnerable para ambos. “Nos encontramos en momentos frágiles… éramos amigos, con derechos…”, explica. Un vínculo que, más allá del romanticismo, les unió a través de la música y la amistad, dejándoles una huella imborrable. Luis Miguel, según Mariana, le enseñó a jugar backgammon y compartió detalles íntimos de su vida, mostrando su lado más humano y vulnerable.
La historia concluye con un detalle significativo: la colaboración posterior entre Mariana y Adolfo Ángel, el Temerario, quien, a pesar de la relación que ella tuvo con Luis Miguel, se convirtió en el productor de su segundo disco. Un testimonio del impacto que las personas que pasan por sus vidas han tenido en la trayectoria de Mariana Seoane.