Crisis financiera destruye relación de Kristina Rihanoff y Ben Cohen

Kristina Rihanoff, la reconocida bailarina de Strictly Come Dancing, y Ben Cohen, exjugador de rugby, una pareja que parecía tenerlo todo, han experimentado una situación que pone en perspectiva la fragilidad incluso de los éxitos más brillantes. Hace unos meses, en noviembre de 2023, Kristina ya daba indicios de presiones económicas.
En una entrevista con The Sun, Rihanoff confesó haber reducido sus gastos, dejando de ir a salones de belleza y disminuyendo las salidas a restaurantes. “Soy mucho más consciente de las cosas, y no hacemos tantas cosas, como salir a comer. Tampoco me hago las uñas tan a menudo," comentó, describiendo cómo aprendió a hacerse las uñas ella misma para ahorrar. Esto, aparentemente, fue un reflejo de dificultades compartidas por la pareja.
Recientemente, se ha dado a conocer que la ruptura de su relación de 12 años se debe, en gran medida, a severas dificultades financieras. Fuentes cercanas a la pareja confirmaron a MailOnline que los problemas económicos de los últimos seis meses fueron decisivos en su separación.
El origen de estas dificultades se remonta a su empresa conjunta, Soo Yoga Group, un estudio de yoga abierto en 2017. La pandemia de COVID-19 golpeó duramente al negocio, dejando a la pareja con una deuda abrumadora, cercana a 1 millón de libras esterlinas, según informaciones de The Sun.
La situación llegó a un punto crítico en septiembre de 2023, cuando Kristina fue detenida por conducir sin seguro. Durante la vista judicial, Ben admitió la mala gestión del seguro del vehículo, y en una declaración conmovedora, reveló la presión que sufría: “Me levanto cada día y lucho por no perderlo todo: mis coches, mi casa y mi relación. Estoy muy sobregirado.”
Incluso antes de la pandemia, los registros de Companies House mostraban una deuda de £488,470 para la empresa en julio de 2022. La situación llevó a Ben a dimitir como director, dejando a Kristina como única responsable de la compañía, que llegó a estar al borde del cierre. Ante la crisis económica, la pareja incluso llegó a poner a la venta su casa de £1.75 millones y Ben recurrió a la venta de calendarios con fotos suyas para obtener ingresos.
La historia de Kristina y Ben es un recordatorio de que las apariencias engañan, y que las dificultades económicas pueden afectar a cualquiera, independientemente de su estatus público.