Piqué llora en juicio por corrupción: Supercopa de Arabia Saudita

La mañana del 14 de marzo no fue una mañana cualquiera para Gerard Piqué. El exfutbolista se presentó ante los juzgados de instrucción número 4 de Majadahonda, en Barcelona. Las cámaras lo captaron llegando al edificio, con una sonrisa que algunos interpretaron como serenidad, mientras que otros vieron como un intento de minimizar la gravedad de la situación. La expectación era máxima, alimentada por las especulaciones que corren como la pólvora en las redes sociales.
La razón de su comparecencia judicial: una investigación por posibles irregularidades en el acuerdo que llevó la Supercopa de España a Arabia Saudita en 2019. Se investiga una presunta trama de corrupción y lavado de dinero, un "lucrativo movimiento" según la fiscalía, en el que estarían implicados la RFEF, Arabia Saudita y, de forma crucial, la empresa de Piqué, 'Kosmos'.
Este acuerdo, que aseguraba a la Federación Española de Fútbol 43 millones de dólares anuales durante 10 años, incluía pagos adicionales a 'Kosmos' por un monto de 4 millones de dólares anuales. “Un trato que parece demasiado bueno para ser verdad,” comentó un analista financiero en un programa de televisión. La investigación se intensificó luego de la filtración de un audio en 2022, en el que se escucha a Piqué conversando con el expresidente de la RFEF, Luis Rubiales, sobre este asunto. Rubiales negó irregularidades en su declaración del 2024, pero la investigación contra Piqué avanzó.
Durante la audiencia, la defensa de Piqué argumentó que su cliente fue un actor clave para cerrar el acuerdo, presentando documentos que, según ellos, demuestran la legalidad de las transacciones. Se presentaron facturas que justifican los pagos recibidos por "servicios de asesoría, coordinación y supervisión" relacionados con la Supercopa. Sin embargo, la situación dio un giro inesperado. En medio del proceso, Piqué rompió en llanto, afirmando que las acusaciones son falsas y que las difamaciones le están causando un daño reputacional irreparable. "Se me está haciendo un daño reputacional incalculable. Me sorprende que a día de hoy se siga filtrando (el audio). No saben el daño que me hace esto, en otro país tendría una estatua”, declaró visiblemente afectado.
Mientras las investigaciones continúan, la opinión pública sigue dividida. Algunos ven a Piqué como víctima de una campaña de desprestigio, mientras que otros creen que la justicia debe seguir su curso y aclarar todos los detalles de este complejo caso. La historia, sin duda, continuará.