Ray Nicholson: El hijo de Jack Nicholson forja su propio camino en Hollywood

Ray Nicholson, hijo del icónico actor Jack Nicholson y la actriz Rebecca Broussard, habla por primera vez abiertamente sobre su experiencia. A sus 33 años, su carrera como actor está despegando, pero su camino no ha sido un paseo por el parque. “Quería ser astronauta, y luego quizás un agente deportivo,” confesó a la revista People, recordando sus sueños infantiles, lejanos al mundo del espectáculo. Su interés por la actuación llegó más tarde, una vocación que maduró con el tiempo, lejos de la presión familiar.
El actor asegura que la falta de fama en su juventud fue crucial para su desarrollo. “Si hubiera tenido fama cuando era más joven, quién sabe — podría estar muerto. Siento mucho por la gente que tuvo esto a una edad temprana, lidiando con fotos de ellos saliendo de bares. Es muy difícil”, reflexionó. Agrega que su falta de autoestima en la infancia, describiéndose como “un niño gordito”, le impidió lanzarse directamente a la industria. En su lugar, prefirió dar pasos pequeños, construyendo una carrera sólida y independiente.
La comparación con la exitosa trayectoria de su padre, con siete premios Golden Globe y tres premios Oscar, inicialmente le generó una presión significativa. “En mi primer día de clase de actuación pensé: ‘¿Fue eso suficientemente bueno para siete Oscars?’”, recuerda. Sin embargo, ha logrado superar esta barrera, forjando su propia identidad en el mundo del cine.
Actualmente, Ray participa en el thriller de acción "Novocaine", junto a Jack Quaid, hijo de Dennis Quaid y Meg Ryan. La experiencia de filmación en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, fue positiva: “La pasamos genial”, comentó. Su vida personal es tranquila; vive en Los Ángeles con su novia, Sara Sampaio, y su perro. En su tiempo libre, practica yoga y pesca con mosca: “Ponme en un río y soy feliz”, bromeó.
Su hermana mayor, Lorraine, de 34 años, también trabaja en la industria del entretenimiento como escritora. Ray, ahora totalmente dedicado a su carrera, considera incursionar en la escritura de guiones, aprovechando su “perspectiva única”. La dirección cinematográfica también es una posibilidad a futuro, aunque reconoce la necesidad de más aprendizaje y la posibilidad de colaboraciones.