Giro inesperado en la muerte de Betsy Arakawa, esposa de Gene Hackman

La Dra. Heather Jarrell, Jefa de Medicina Forense de la Oficina del Investigador Médico de Santa Fe, confirmó previamente que Arakawa, de 65 años, falleció por hantavirus, una enfermedad rara transmitida por roedores. Mientras tanto, la muerte de Hackman, de 95 años, se atribuyó a una enfermedad cardíaca, con la enfermedad de Alzheimer como factor contribuyente. “Él estaba en un estado de salud muy precario. Tenía una enfermedad cardíaca significativa, y creo que en última instancia eso es lo que provocó su muerte,” declaró Jarrell.
Sin embargo, un nuevo descubrimiento de la Oficina del Sheriff de Santa Fe ha generado una considerable reinterpretación de los hechos. Se ha revelado que Arakawa realizó una llamada telefónica la mañana del 12 de febrero a Cloudberry Health, un servicio médico local. Según el Sheriff Adán Mendoza, en declaraciones a Good Morning America: “Eso me indicaría que ella estaba buscando consejo médico o ayuda médica y puede que no se sintiera bien.”
Cloudberry Health confirmó la llamada, detallando que Arakawa consultó sobre un “tratamiento esotérico”. Curiosamente, no se detectaron indicios de problemas respiratorios o angustia durante la conversación. A pesar de las llamadas de seguimiento de Cloudberry, estas quedaron sin respuesta.
Este hallazgo contradice la creencia inicial de que Arakawa murió el 11 de febrero. La determinación precisa del momento de su fallecimiento cobra especial relevancia, considerando el testamento de Hackman. El actor dejó su fortuna, estimada en 80 millones de dólares, íntegramente a su esposa. Este testamento, redactado en 1995, omite a sus tres hijos: Christopher y sus hijas Leslie y Elizabeth.
El testamento de Arakawa, a su vez, dejaba la mayoría de sus bienes a Hackman, pero incluía una cláusula crucial: si ambos fallecían con una diferencia de 90 días, se consideraría una muerte simultánea, destinando todos sus activos a obras de caridad. La contratación por parte de Christopher Hackman del reconocido abogado de California, Andrew M. Katzenstein, sugiere la posibilidad de un litigio futuro.
La discrepancia entre la fecha de muerte establecida inicialmente para Arakawa y la nueva evidencia ofrecida por la llamada a Cloudberry Health plantea interrogantes significativas sobre el patrimonio de Hackman y las posibles consecuencias legales que se derivarán de este complejo escenario.