Emiliano Aguilar: Adicción, violencia y la verdad tras los rumores

Pero más allá del brillo y el glamour, existen realidades complejas que impactan la vida de las estrellas, especialmente de los jóvenes que deben lidiar con la presión pública y las complejidades de la vida adulta.
Recientemente, Emiliano Aguilar, hijo mayor del reconocido cantante Pepe Aguilar, abrió su corazón en una entrevista para el podcast ‘El bordo entertainment’. La conversación, lejos de centrarse en los éxitos profesionales, se adentró en aspectos íntimos y profundamente personales de su vida. Un momento crucial se centra en una falsa noticia que casi desestabiliza su familia.
“Una vez me habla mi mamá llorando: ‘¿Emiliano, qué está pasando? ¿Estás bien?’”, recordó Emiliano, aún conmovido por el incidente. Su madre, alarmada por una noticia en YouTube que aseguraba que había sido atacado por los guardaespaldas de Christian Nodal, esposo de su hermana Ángela Aguilar, le transmitió su preocupación. Emiliano desmintió categóricamente la información: “Eso es mentira. Nadie del equipo de Nodal me ha agredido”.
Sin embargo, la entrevista fue mucho más allá de ese incidente. Emiliano se sinceró sobre sus batallas personales. Con valentía y honestidad, confesó: “Yo soy un adicto y la neta lo digo al chile, soy un adicto a la marihu… fumo mot4 macizo, 30 churros al día.”
Su adicción, explicó, no es un simple gusto, sino una forma de lidiar con traumas profundos, consecuencia de una dura realidad: “No es por querer fumar, es por problemas personales muy serios, por pedos emocionales, traumas. He visto a varios amigos míos balaceados, despedazados… son cosas que duelen.” Emiliano describió la violencia en Tijuana, su ciudad natal, como una realidad desgarradora: “Tijuana no es un juego. He estado hablando con mis compas y al día siguiente ya no están.”
La experiencia lo llevó a reconocer la importancia de buscar ayuda y romper el silencio: “Lo que aprendí en la clínica es que una adicción viene de ‘no hablar’. Por eso aprendí que no debo quedarme con todo en la mente, porque si te quedas, vas a tronar, y eso me ha pasado.” También criticó el estigma asociado a las adicciones: “La gente dice, ‘Ah, (los adictos) son malos y se lo merecen’, pero no es así. Cada quien tiene su sufrimiento.”
Finalmente, Emiliano compartió la profunda influencia de su hija en su vida: “La amo con todo mi corazón es mi reina, mi princesa, ella es mi todo. Dure tres meses en darle un abrazo, porque yo andaba bien mal mi mente no sé, todos ocupamos ayuda, no puedes solo.” Sus palabras pintan un retrato honesto y vulnerable de una figura pública lidiando con la adversidad.