Drew Barrymore: la dura infancia tras el éxito en Hollywood

Drew Barrymore, la actriz que conquistó Hollywood desde la infancia, ha vuelto a tocar un tema delicado: su complicada niñez bajo el escrutinio público. A sus 50 años, con una exitosa carrera y dos hijas, Frankie y Olive (de 11 y 12 años respectivamente), fruto de su matrimonio con Will Kopelman, la estrella ha compartido sus reflexiones sobre el impacto de su precoz fama.
En un video reciente, mientras se preparaba para una aparición pública con su maquillista, Lauren Lazaro Gulino, y su estilista, Daniel Howell, Drew confesó: "No sé cómo sobreviví a todo eso, y me parece demasiado indulgente y egocéntrico decir: 'No puedo creer que sobreviví a lo que pasé'". Sus palabras revelan una honestidad conmovedora, una autocrítica que contrasta con la imagen pública de éxito que la mayoría conoce.
La preocupación por sus hijas es evidente: "Solo pienso: 'Dios mío, ahora soy madre. No quiero que mis hijas terminen así'", añadió. La declaración revela un profundo deseo de protegerlas de las experiencias que marcaron su propia vida.
Su pasado, marcado por el consumo de alcohol desde los 9 años, la marihuana a los 10 y la cocaína a los 12, es un testimonio de las presiones a las que se enfrentó. La participación en éxitos taquilleros como E.T., El Extraterrestre, Firestarter e Irreconciliable Differences, la convirtió en una estrella infantil, pero a un precio muy alto. Su madre, Jaid Barrymore, quien fungía como su representante, la exponía a ambientes nocturnos en lugares como Studio 54, hasta el punto de que a los 13 años fue ingresada a una institución durante 18 meses.
Barrymore regresó a esa misma institución, ahora llamada Healthy Living, en 2021 para un segmento de su programa de entrevistas, The Drew Barrymore Show, donde admitió: "Era una niña realmente salvaje". Recordó la experiencia como algo brutal, un contraste abrumador entre la vida de glamour y la realidad de un centro de rehabilitación.
La actriz, quien fue emancipada legalmente a los 14 años, reconcilió con su padre, John Drew Barrymore, tres años antes de su muerte en 2004. Aunque su autobiografía de 2015, Wildflower, trató el tema de forma superficial, su libro Little Girl Lost (1991), escrito junto a Todd Gold, ofrece una visión más profunda de su infancia turbulenta.
Hoy, Drew Barrymore es una exitosa productora, presentadora de un popular programa de entrevistas y una influyente figura en redes sociales. Su testimonio, sin embargo, deja una profunda reflexión sobre las complejidades de la fama infantil y la importancia de priorizar la salud mental y el bienestar personal.