Grillo revela la oscura cara de Howard Stern: humillaciones y traición

Lo que encontró, sin embargo, distó mucho de ese ideal.
Grillo, hoy de 58 años, recuerda su experiencia en la estación neoyorquina WXRK como una mezcla de humillaciones públicas y un extraño sabor a fama. Su trabajo tras bambalinas se transformó en apariciones forzadas en el programa, donde era víctima de las bromas de Stern y su co-anfitriona, Robin Quivers. “El lugar era una madriguera de serpientes; nunca sabías cuándo ibas a ser el blanco de una broma,” recuerda Grillo.
Pero más allá de las humillaciones, la narración de Grillo revela una transformación sorprendente en la figura pública de Howard Stern. El presentador, que en la década de los 90 apoyaba abiertamente a figuras republicanas como George Pataki y Rudy Giuliani, ha realizado un giro político radical. “Él definitivamente ayudó a que George Pataki fuera electo Gobernador, y era un gran admirador de Giuliani,” afirma Grillo. “Es repugnante ver en qué se ha convertido. Creo que es bastante patético, para ser honesto.”
Según Grillo, este cambio se debe a su círculo social actual. “En algún punto, su cerebro dio un giro de 180 grados. Creo que tiene que ver con la gente con la que se asocia. Está en la manada de la izquierda y no quiere molestarlos. Ahora es amigo de todas estas celebridades, gente como Jimmy Kimmel. Si se enfrenta a ellos, lo van a sacar del club. Antes se burlaba de todas esas celebridades.”
La contradicción llega cuando Grillo menciona la relación de Stern con Donald Trump: “Trump y Howard eran amigos, hablaban todo el tiempo. Luego Howard traicionó a su amigo.” Esta traición, según Grillo, no es un hecho aislado. Él mismo sufrió las consecuencias del humor cruel y la falta de consideración de Stern, que iban desde tareas humillantes (como vestir un atuendo ridículo para ir por su agua caliente) hasta una competición de deletreo contra la hija de 11 años de Stern, donde fue públicamente ridiculizado.
Grillo relata incluso un incidente donde salvó la vida de Stern de un hombre armado que amenazó con matarlo. A pesar de este acto heroico, solo recibió un agradecimiento fugaz en el aire. Su remuneración, durante seis de los ocho años que trabajó en el programa, fue nula o cercana al salario mínimo. Esta experiencia culmina en su renuncia tras una negativa a un aumento salarial ridículo.
Su libro, "Gorilla Parts," coescrito con Jason Huza, cuenta la historia completa, y es notable que, irónicamente, Grillo no incluyó a Stern en los agradecimientos.