Bella Ramsey: Autismo, identidad no binaria y éxito en The Last of Us

Una de esas historias nos llega desde el set de rodaje de una de las series más exitosas del momento.
La actriz Bella Ramsey, protagonista de The Last of Us, ha compartido recientemente un aspecto profundamente personal de su vida. No se trata de un nuevo papel, ni de un proyecto cinematográfico, sino de un viaje introspectivo que la ha llevado a una mayor comprensión de sí misma.
Fue durante la filmación de la primera temporada de la serie de HBO, en Canadá, que un miembro del equipo, cuya hija tiene autismo, notó ciertas similitudes en el comportamiento de Bella. Esta observación, sumada a las propias inquietudes de la joven actriz, la llevó a buscar ayuda profesional.
"Siempre me sentí un poco rara, solitaria", confesó Bella a la revista Vogue. Desde niña, experimentó dificultades en la escuela y una mayor comodidad en compañía de adultos. A esto se sumaron ciertas dificultades sensoriales; por ejemplo, la incomodidad con la ropa impermeable y térmica que usaba durante el rodaje en exteriores.
El diagnóstico, que llegó en su juventud, no fue un golpe, sino una revelación liberadora. "Fui diagnosticada con autismo mientras filmaba la primera temporada de The Last of Us", explicó. Este descubrimiento le ha permitido, según sus propias palabras, "caminar por el mundo con más gracia hacia mí misma, en relación a no poder realizar las sencillas tareas cotidianas que todos los demás parecen poder hacer".
La actriz, que utiliza los pronombres they/them, habla con honestidad sobre su experiencia con el autismo, incluyendo la forma en que esto ha influenciado su capacidad de observación y su aproximación a la actuación: "Siempre he estado observando y aprendiendo de la gente. Tener que aprender de forma más manual a socializar e interactuar con quienes me rodean y eso me ha ayudado con la actuación".
Además, la rutina inherente a la actuación — algo a lo que muchas personas con autismo se sienten atraídas — le proporciona una sensación de comodidad y seguridad. "Tengo un turno de guardia y me dicen qué ponerme, cómo y dónde pararme y qué comer".
La historia de Bella Ramsey trasciende la anécdota personal. Es un testimonio de valentía, de aceptación de la propia identidad, y un recordatorio de la importancia de la comprensión y la empatía en un mundo que a menudo busca encajar a todos en un mismo molde.
En un giro interesante, Bella también ha compartido reflexiones sobre su identidad de género, declarando en una entrevista anterior con The New York Times que se identifica como una persona no binaria. Sus experiencias, tanto con su identidad de género como con su diagnóstico de autismo, pintan un retrato complejo y fascinante de una joven actriz que, con honestidad y valentía, abraza su singularidad.