Aylín Mujica revela su batalla con el síndrome del corazón roto

Una de las afecciones menos comprendidas, pero cada vez más reconocida, es aquella que conecta directamente el dolor sentimental con el funcionamiento cardíaco. Este fue precisamente el tema que llevó a una conocida figura del espectáculo a abrirse sobre su propia experiencia.
En una reciente aparición en el programa "Hoy Día" de Telemundo, Aylín Mujica dejó al descubierto una batalla silenciosa que ha librado en los últimos años. La actriz y conductora cubana confesó padecer miocardiopatía de Takotsubo, un síndrome poco conocido pero con consecuencias tangibles. "Clínicamente se llama así, pero todos lo conocemos como el síndrome del corazón roto", explicó durante la transmisión.
La también conocida como "síndrome del corazón congelado" no es un mito romántico. Según la Clínica Mayo, se trata de una condición temporal que imita los síntomas de un infarto:
Lo particular de este síndrome es que, aunque los síntomas son reales y potencialmente peligrosos, no hay obstrucción en las arterias. El detonante suele ser un estres emocional intenso: pérdidas amorosas, duelos o traumas profundos. "Cuando investigué, entendí por qué mi cuerpo reaccionaba así", compartió la conductora.
El caso de Mujica pone sobre la mesa un debate médico creciente: hasta qué punto las emociones pueden afectar órganos vitales. Expertos señalan que, aunque la mayoría de pacientes se recupera completamente, el episodio puede dejar secuelas si no se atiende adecuadamente. Lo que comenzó como una charla sobre relaciones sentimentales terminó siendo una lección sobre la conexión mente-corazón que pocos dimensionan.
Durante el programa, la psicóloga Jennifer Flores explicó cómo el sistema nervioso y el cardiovascular están íntimamente ligados. "No es casualidad que digamos 'me partiste el corazón' cuando nos decepcionan. El cuerpo traduce el dolor emocional en físico". Para Mujica, reconocer esta condición fue el primer paso para abordarla. "Ahora sé que protegerme demasiado puede ser contraproducente. La clave está en el equilibrio".