Roberto Sosa: 10 años sobrio, una historia familiar de superación

Una de ellas, envuelta en un halo de discreción hasta ahora, nos revela la fortaleza de una familia y la perseverancia de un talento excepcional.

Roberto Sosa, figura reconocida en cine, teatro y televisión, celebra una década de sobriedad. Un logro monumental que no se entiende sin la presencia fundamental de su madre, la también actriz Evangelina Martínez. Su lucha, lejos de los reflectores, ha sido tan intensa como la carrera de su hijo. Evangelina, con la honestidad que solo una madre puede tener, ha compartido con nosotros detalles íntimos de la batalla contra la adicción al alcohol que marcó una etapa crucial en la vida de Roberto.

“Me da un enorme gusto verlo triunfar en su trabajo. Siempre lo apoyo con todo el amor,” confesó Evangelina, describiendo la profunda conexión que los une. “Toda la vida hemos sido muy unidos y es que no hay como el calor familiar de su hija, sus hermanas y el mío.”

El apoyo de Evangelina fue incondicional, incluso en los momentos más oscuros. “Lo tomé más fuerte que nunca. Eso nos ayuda más: El amor. Si se les da la espalda, se rebelan más,” recuerda con una mezcla de fortaleza y ternura. Ella se asesoró, buscó ayuda en grupos de familiares de Alcohólicos Anónimos, leyendo y aprendiendo a establecer límites que, en su amor maternal, habían faltado. “Siento que Roberto necesitó límites, mi amor de madre era muy blandito y no los puse,” admite con honestidad.

La trayectoria de Roberto estuvo marcada por algunos incidentes públicos relacionados con el alcohol:

• Septiembre de 2012: Detención por conducir ebrio en la CDMX, con un incidente con la policía.
• Febrero - Mayo 2013: Episodios de consumo excesivo de alcohol en público, incluyendo una aparición en los Premios Ariel.
• Junio - Julio 2013: Sustitución en proyectos teatrales y cinematográficos, ingreso a rehabilitación.
• Abril 2014: Nueva internación en un centro de rehabilitación.

La fe, según Evangelina, jugó un papel fundamental. “Cada noche yo le pido a Dios que me siga dando vida, porque aún tengo pendientes. Diariamente le doy gracias a Él por mantener a mi hijo saludable,” afirma con convicción. Aunque reconoce un aspecto de la personalidad de su hijo que no siempre le agrada: “Es tremendo. No se ubica. Le gusta la variación. Yo quisiera que tuviera una pareja estable…”

La historia de Roberto Sosa y Evangelina Martínez es un ejemplo conmovedor de resiliencia familiar y una poderosa muestra de que la recuperación es posible. Una historia que, más allá del espectáculo, habla de la importancia del amor incondicional, los límites saludables y la esperanza de un nuevo comienzo.

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