Gemelas Iglesias: Nuevos caminos, misma unión

Hablamos de Cristina y Victoria Iglesias, las gemelas de Julio Iglesias, quienes cumplieron 24 años. Su cercanía, palpable en cada fotografía compartida en redes sociales, es un testimonio de la estrecha relación que han cultivado a lo largo de sus vidas. “Ser tu hermana es el mejor regalo de esta vida. Te quiero infinitamente,” escribió Victoria a Cristina, junto a una tierna foto de su infancia. Cristina respondió con igual cariño, compartiendo imágenes y un divertido video de ellas de pequeñas cantando y tocando la guitarra, un adelanto del talento artístico que llevan en la sangre.
Este cumpleaños, sin embargo, tiene un sabor diferente. Recientemente, como reveló la revista ¡HOLA! el pasado 5 de abril, las gemelas han tomado caminos separados. Un cambio significativo que refleja su madurez y la búsqueda de sus propias metas académicas y profesionales.
Mientras Cristina se enfoca en el mundo de la moda, cursando estudios en Nueva York, Victoria ha optado por la producción cinematográfica y la actuación, estableciéndose en Londres. Este cambio de rumbo, lejos de separalas, parece fortalecer su vínculo, demostrando que la distancia no disminuye su unión.
Antes de esta nueva etapa, las hermanas ya habían demostrado su espíritu emprendedor al lanzar en 2021 Tribeü, una marca de productos vitamínicos y complementos alimenticios naturales, con el asesoramiento de la Dra. Paria Vaziri. Su pasión por la hípica y por España las lleva cada verano a la finca familiar 'Cuatro Lunas' en Ojén, Málaga, un refugio donde disfrutan de la naturaleza y la compañía familiar.
En palabras de su padre, Julio Iglesias: “yo lo que quiero es que sean severas y fuertes, porque la vida les ha dado muchos regalos. Se están convirtiendo en dos mujeres guapísimas, pero, sobre todo, son muy buenas niñas.” Un testimonio del orgullo y la admiración que siente por sus hijas, sentimiento compartido por su madre, Miranda Rijnsburger, quien las guía con consejos de responsabilidad y cariño.
La historia de Cristina y Victoria es un ejemplo de hermandad, de crecimiento individual y de la búsqueda de nuevos horizontes, un camino recorrido juntas, aún en la distancia.