Ana María Alvarado: Irresistible propuesta en Los Cabos

Recientemente, en el programa matutino "Sale el sol", Ana María Alvarado, periodista reconocida por su trayectoria y carisma, compartió un episodio que dejó a más de uno con la boca abierta. A sus 56 años, esta querida conductora sigue cautivando, y no solo a la audiencia.
Fue durante una dinámica de preguntas y respuestas que Ana María reveló una peculiar propuesta. Un admirador, “con un puesto importante”, según sus propias palabras, le ofreció mudarse a Los Cabos y regalarle un auto. ¡Una oferta que muchos considerarían irresistible!
La respuesta de Ana María, sin embargo, fue inesperada. Con una sonrisa pícara y un toque de humor, aclaró: “Pero estoy casada”. Esta simple frase, pronunciada con una naturalidad encantadora, dejó en claro la solidez de su compromiso matrimonial.
Sus compañeros del programa, Mauricio Mancera y Gaby Ramírez, no perdieron la oportunidad para bromear sobre la situación. Mancera, con su humor característico, exclamo: “¿Pero de Satélite a Los Cabos? Anita, ¡vas!”. Mientras que Gaby, entre risas, la animó a ser feliz.
La propia Ana María respondió con gracia: “Luego transmito desde Los Cabos”. Un comentario que generó aún más risas en el estudio, demostrando la buena química y el ambiente relajado del programa.
Más allá de la anécdota divertida, la historia resalta la vigencia de Ana María, no solo en la televisión, sino también en el ámbito personal. Su discreción respecto a su vida privada, evidenciada al no revelar la identidad del pretendiente, es un sello distintivo que la caracteriza. Su esposo, Alejandro Eyssautier, un hombre ajeno al medio artístico, forma parte fundamental de su vida, así como sus dos hijos y su relación familiar con el influencer Derek Trejo, hermano de Alejandro, cuyo lazo familiar cobró relevancia pública en 2024.
El episodio dejó una sensación de ligereza y frescura, un vistazo a la vida personal de una figura pública que, a pesar de su éxito profesional, mantiene una vida familiar estable y discreta, demostrando que la felicidad puede encontrarse en los detalles más inesperados.