Aimee Lou Wood responde con humor a críticas por no tener "la sonrisa de Hollywood"

Aimee Lou Wood, a sus 31 años, se ha convertido en un nombre reconocido gracias a su papel en la serie Sex Education de Netflix. Su participación en la tercera temporada de The White Lotus la ha catapultado aún más a la fama, pero no sin antes enfrentar una ola de críticas en redes sociales. El blanco de estas críticas? Su dentadura.
En lugar de sucumbir a la presión o recurrir a tratamientos estéticos, la actriz británica ha respondido con una frescura inesperada. En una entrevista con The Hollywood Reporter, Aimee declaró: "Incluso la forma en que los fans de The White Lotus hablan de mí y de mis dientes -que no tengo carillas ni Botox- me hace sentir un poco rebelde". Su respuesta, lejos de ser una simple defensa, se convierte en una declaración de principios.
Esta no es la primera vez que Aimee aborda el tema de sus dientes con humor e ironía. En una entrevista anterior con On Demand Entertainment, comentó: "Ninguno [estadounidense] tiene mis dientes... Simplemente no los tienen. Tendría que ponerme carillas". Esta actitud desenfadada contrasta con la tendencia imperante en Hollywood de una imagen perfecta y retocada.
La entrevista con THR también reveló detalles de su personalidad. Aimee se describe a sí misma como una persona poco ambiciosa, más cercana a la cultura británica, que prefiere esperar las oportunidades. La llamada para participar en The White Lotus, rodeada de estrellas de Hollywood, la sorprendió y le generó cierta incomodidad: "Esta gente vive en Hollywood. Yo vivo en mi pequeño piso en el sureste de Londres, y soy tan británica en mi sensibilidad que no estaba segura de cómo manejarme rodeada de tanta gente tan frontal y segura de sí misma", confesó.
Su trayectoria incluye también papeles en la película Seize Them! y la miniserie Alice & Jack, consolidando su posición como una de las promesas del cine y la televisión.
Más allá de la polémica sobre sus dientes, la historia de Aimee Lou Wood revela una personalidad auténtica y segura de sí misma, en un mundo que a menudo exige una imagen artificial.