Eiza González revela el acoso que la marcó en su adolescencia

La actriz mexicana Eiza González, conocida por su participación en Hollywood, recientemente reveló en el podcast “Dinner’s On Me”, conducido por Jesse Tyler Ferguson, un episodio doloroso de su adolescencia que marcó profundamente su vida. No se trata de un simple comentario, sino de una experiencia que la llevó a cuestionarse su valor.
Fue durante su participación en la telenovela “Lola, érase una vez”. Eiza, aún una joven inexperta, acudió ilusionada a un programa matutino esperando promoción. Sin embargo, la recepción fue inesperada. Un panel de conductores, con la supuesta autoridad de figuras mediáticas, se burló de su apariencia física. “Podrían haber elegido a cualquiera, ¿por qué la eligieron a ella?”, recordó Eiza que dijeron al aire. Estas palabras, aparentemente inocentes, se convirtieron en un golpe devastador para su autoestima.
“Me sentí avergonzada de mí misma. Estaba haciendo lo que amaba, pero al mismo tiempo sentía que no era suficiente”, confesó Eiza, describiendo un período de profunda inseguridad, en el cual buscó desesperadamente la aprobación externa. Esta etapa coincidió con otros eventos traumáticos: el fallecimiento de su padre y la presión por el éxito repentino.
La combinación de estos factores la llevó a una lucha interna, a fingir una fortaleza que no sentía. “Tenía que fingir que estaba bien, sonreír en entrevistas, ser un ejemplo a seguir, mientras por dentro estaba destruida”, explicó. A pesar de que con el paso del tiempo ha logrado reconstruirse, Eiza reconoce que las heridas de esas críticas permanecen.
Este episodio no solo es una revelación personal de Eiza, sino que también sirve para crear conciencia sobre el impacto de las palabras y el acoso en la industria del entretenimiento. Su experiencia se refleja en otras jóvenes actrices, como Millie Bobby Brown, con quien Eiza se solidariza. La actriz recalca la importancia de la autenticidad y la necesidad de que las mujeres jóvenes definan su camino sin depender de la validación externa.
La historia de Eiza es un recordatorio del peso de las palabras y la importancia del cuidado emocional, especialmente en un mundo donde la imagen pública se sobrevalora.