Ernesto D'Alessio: Presión mediática y orientación sexual

El actor y cantante Ernesto D’Alessio, preparándose para su papel protagonista en "Alberto, el musical", aprovechó una conferencia de prensa para abordar un tema que lo ha perseguido a lo largo de su carrera: las especulaciones constantes sobre su orientación sexual.
"Siempre se ha cuestionado, cuando se cuestionan mi orientación sexual, me lo dicen como si me estuvieran ofendiendo, a mí no me molesta, estoy perfectamente claro de quién soy yo," declaró D’Alessio, dejando entrever una postura de firmeza y autoconocimiento.
Para D’Alessio, la cuestión no radica en la simple curiosidad sobre su vida privada. Lo que le resulta inquietante es la carga de prejuicio que a menudo acompaña estas preguntas. "Lo que sí lamento, sin embargo, es que dichas preguntas suelen formularse con una carga de malicia, como si se tratara de una acusación en lugar de una simple curiosidad," explicó con mesura.
Su experiencia, ligada a su carrera desde 1990, ilustra un problema mayor: los estereotipos de masculinidad en la industria del entretenimiento. "Estoy consciente que, desde que saqué mi primer disco, con mi pelo larguito y tengo la cara muy finita, de pronto, en el escenario, cuando bailo, yo mismo me veo y, digamos, tengo movimientos afeminados, pero a mí no me molesta," confesó, desmitificando la conexión entre apariencia y orientación sexual.
D’Alessio señaló que no siente la necesidad de confirmar ni desmentir rumores, afirmando el apoyo incondicional de su familia. Su mensaje final, cargado de empatía, se centró en la verdadera problemática: "Oigan, si yo soy gay, déjenme en paz y, si yo soy gay y tengo una novia, déjenla en paz a ella, voy a dejar ahí sembrada la duda, soy quien soy y ya," dijo, dejando abierta la reflexión sobre el impacto del rechazo social en la comunidad LGBTIQ+.
La reflexión de D’Alessio trasciende su caso personal, destacando la necesidad de un cambio cultural que valore la diversidad y ponga fin a la intolerancia y los prejuicios que aún persisten. Su postura, sin negar ni confirmar, transmite un potente mensaje de autoaceptación y respeto a la intimidad.