Katy Perry hace que niña mexicana grite con orgullo ¡soy de México!

Entre luces, coreografías y éxitos musicales, surgió un momento espontáneo que trascendió la música y tocó fibras sociales. Una niña mexicana, de no más de 10 años, vestida con un disfraz inspirado en la estética colorida de la cantante, fue invitada al escenario. Lo que siguió dejó al público con un nudo en la garganta.
Al preguntarle de dónde era, la pequeña respondió con voz casi inaudible: "de México". La reacción de Perry fue inmediata. "No, no, no... tienes que decirlo fuerte. ¡Tienes que estar orgullosa!", exclamó la artista, con los ojos brillantes. La niña, tras un segundo de duda, repitió con fuerza renovada: "¡de México!", desatando una ovación que resonó en cada rincón del recinto.
Detrás de este intercambio aparentemente sencillo, se esconde una realidad más compleja:
Testigos del evento relataron que, después del abrazo entre la artista y su fan, Perry dedicó su siguiente canción "Roar" a "todos los que necesitan encontrar su voz". El concierto continuó, pero ese instante de conexión humana ya había dejado una huella imborrable.
Analistas de medios destacan que este tipo de situaciones espontáneas en eventos masivos suelen tener mayor impacto que campañas planeadas. La autenticidad del momento, captada por decenas de teléfonos, se convirtió en un símbolo inesperado de resistencia cultural.