Katy Perry revela lesiones después de ayudar a fan en concierto

Fue durante su presentación en Detroit, Michigan, como parte del Lifetimes World Tour, cuando Perry invitó a varias jóvenes al escenario para acompañarla en The One That Got Away. Entre ellas estaba McKenna, una fanática cuyo entusiasmo superó la adrenalina: colapsó frente a los ojos de miles. La reacción de la cantante fue instantánea: interrumpió el show, se arrodilló junto a la adolescente y coordinó con su equipo médico. Horas después, en su Instagram, no habló del incidente directamente, pero las imágenes hablaron por sí solas.
"Fue un desliz de rodillas que normalmente hace que el público grite... pero esta vez solo me hizo gritar a mí", escribió junto a una foto de su rodilla derecha ensangrentada. La lesión, según explicó, ocurrió durante su coreografía habitual, aunque muchos especulan que pudo agravarse al ayudar a McKenna. Los moretones en patrones circulares sugieren contacto con superficies duras, posiblemente el suelo del escenario o algún elemento de la utilería.
Este episodio se suma a otros contratiempos recientes. En San Francisco, la plataforma mecánica donde viajaba como mariposa sufrió un descenso brusco. La artista, profesional hasta la médula, continuó cantando Roar sin perder el ritmo, aunque después bromeó: "Hoy no, Satanás". Paralelamente, avanza su batalla legal por una propiedad de $15 millones, caso donde la corte descartó involucrar a Bloom como testigo.
Entre moretones exhibidos y rumores de romance, Perry demuestra que incluso las divas sangran... pero también rezan. La pregunta que queda flotando es si su próximo single incluirá cicatrices como accesorio de moda.