Tom Holland: cómo Instagram lo convirtió en Spider-Man sin aviso

Así, sin ceremonias. Eso le pasó al actor británico en 2015, cuando tenía apenas 18 años y llevaba seis semanas en la incertidumbre.
"Decía: ‘Ve a nuestro sitio web para conocer quién será el siguiente Spider-Man’. En ese momento pensé: ‘No lo conseguí’, porque me habrían llamado", confesó Holland años después. La publicación de Marvel lo dejó helado: su nombre aparecía como el elegido, pero ni sus representantes lo sabían. El estudio ni siquiera le había avisado.
Lo que vino antes fue un calvario de siete meses. Entre los miles de aspirantes, solo siete llegaron a la prueba definitiva: una escena improvisada con Robert Downey Jr. (Iron Man). "Él y yo nos complementábamos a la perfección", recordó. Contra todo consejo, Holland siguió el ritmo de las modificaciones de Downey. Ese arriesgado movimiento —improvisar frente al rey del MCU— fue su boleto de entrada.
Detrás de la máquina arácnida había otra ventaja: Holland no necesitaba dobles. Su formación en danza (llegó a bailar hip-hop con música de Justin Timberlake) y gimnasia le permitían ejecutar acrobacias complejas. "Les daba consejos a los especialistas", admitió Feige. Esa combinación —carisma juvenil y destreza física— lo convirtió en el Spider-Man más orgánico hasta la fecha.
Hoy, mientras graba la cuarta entrega de la saga en Glasgow, aquel adolescente que descubrió su destino en redes sociales es una de las caras más reconocibles del cine mundial. Sin embargo, su camino —desde las tablas del West End hasta el traje rojo y azul— demuestra que en Hollywood, a veces, los finales felices empiezan con un giro inesperado.