Sophie Turner: de Sansa Stark a Lara Croft en su reinvención lejos de Hollywood

Sophie Turner, conocida mundialmente por dar vida a Sansa Stark en Game of Thrones, ha decidido volver a sus raíces británicas tras años en Estados Unidos. La actriz, que saltó a la fama a los 14 años, ha enfrentado cambios radicales: desde su divorcio con Joe Jonas hasta la crianza de sus dos hijas lejos del caos mediático.
Lo que muchos no saben es que, antes de convertirse en la dama de hierro de Poniente, Turner ya era una apasionada del teatro. Sus primeros pasos los dio en producciones locales de Northampton, donde creció. "El escenario siempre fue mi refugio", confesó en una entrevista reciente. Esa misma pasión la llevó a audicionar para HBO, sin imaginar que su personaje se convertiría en uno de los arcos más complejos de la televisión.
Ahora, la actriz de 28 años prepara otro desafío: encarnar a Lara Croft en la próxima adaptación de Tomb Raider. El papel, que requiere tanto destreza física como profundidad emocional, parece hecho a su medida. Según fuentes cercanas al proyecto, Turner pasó meses entrenando en acrobacias y arquería, habilidades que ya dominaba parcialmente gracias a su época en GoT.
Entre mudanzas, demandas de custodia y sets de filmación, la actriz ha encontrado tiempo para colaborar con organizaciones de salud mental. Su batalla personal contra la ansiedad la llevó a crear talleres para jóvenes actores. "Nadie te prepara para la fama adolescente", admitió durante una charla en Oxford. Un recordatorio de que, tras los personajes épicos, hay mujeres reconstruyéndose a sí mismas.