"¿Sabes que intenté quitarme la vida, Dalílah? ‘León a punto de morir’, pero no me quité la vida. Dios no quiso", había dicho el actor, describiendo el momento en que una malformación cardiaca y un infarto paralizaron su carrera. Sin embargo, usuarios de redes no tardaron en contrastar sus declaraciones con fotografías de viajes a Europa, cenas en restaurantes exclusivos y regalos de marcas como Tiffany & Co. o Hermès.
La polémica escaló cuando la periodista Ana María Alvarado señaló que Aparicio "empezó a borrar las fotos de sus viajes" tras la viralización de las imágenes. Aunque algunas publicaciones ya habían sido eliminadas, los archivos digitales hicieron su trabajo: capturas y memes siguieron circulando, alimentando el debate sobre la coherencia entre el discurso de Ayala y la imagen pública de la pareja.
- El detonante: La venta de su casa semanas antes de entrar al reality, medida que Ayala justificó como un esfuerzo por proteger el empleo de su equipo.
- La contradicción: Fotografías recientes de la pareja en París y con artículos de lujo, compartidas incluso después de que el actor asegurara estar "quebrado económicamente".
- La reacción: Críticas masivas hacia Aparicio, acusada de intentar "maquillar" su historial digital cuando la controversia ya estaba servida.
Más allá del
escándalo, el perfil profesional de
Cinthia Aparicio quedó al descubierto: actriz en producciones como
Si nos dejan —donde conoció a Ayala— y
El amor invencible, con una trayectoria que hasta ahora había permanecido parcialmente opacada por su matrimonio. Mientras tanto, las búsquedas sobre
"Alexis Ayala bancarrota" y
"viajes Cinthia Aparicio" se dispararon en Google, demostrando que en la era digital, hasta las confesiones más íntimas pueden terminar sometidas al escrutinio colectivo.
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