Machine Gun Kelly revela el dolor tras su radical tatuaje blackout

Durante su aparición en "The Jennifer Hudson Show", el músico, cuyo nombre real es Colson Baker, confesó que someterse a un tatuaje blackout —una técnica que cubre grandes áreas del cuerpo con tinta negra— fue la "peor tortura" que ha experimentado. "No uso anestesia, no me duermo y despierto con el trabajo hecho. Lo resistí todo conscientemente", reveló con una mezcla de orgullo y crudeza.
Detrás de esta decisión extrema hay más que un simple capricho estético. Según el intérprete de "Bad Things", el proyecto surgió de una necesidad casi obsesiva por rediseñar su anatomía. "La piel es el órgano más grande que tenemos. Ya estaba cubierto de tatuajes desde los 13 años, pero quería explorar cómo podría verse la piel humana bajo otro concepto", explicó. El diseño, que abarca su pecho, abdomen y brazos, fue idea de su amigo Roxx, un reconocido tatuador.
Pero no todo su cuerpo quedó bajo la sombra del negro. Entre las zonas preservadas hay un detalle emotivo: un pequeño tatuaje hecho por su hija mayor, Casie, de 16 años. "Ella me hizo un dibujo y quise conservarlo", compartió el artista, quien también es padre de una bebé de cinco meses, fruto de su relación pasada con Megan Fox.
La transformación no fue solo física. En febrero, MGK sorprendió a sus seguidores con una publicación en Instagram mostrando su nuevo look, acompañada de un mensaje críptico. Más tarde, en su canción "Don’t Let Me Go", admitió que el cambio vino después de un colapso emocional. "Tuve una crisis y decidí tatuarme todo el cuerpo, excepto una línea. Todo está bien ahora", rapeó en el tema, dejando claro que el arte y el dolor a menudo van de la mano en su mundo.