Margarita Gralia revela su lucha con la infertilidad y su paz al superarla

"No sé si falta, sí lo deseé, sí lo hubiera querido tener, pero no se dio", confesó la actriz argentina, quien a sus 73 años habló sin filtros sobre los tratamientos hormonales que agotaron tanto su cuerpo como su relación con Ariel Bianco, su esposo por más de medio siglo. Lo que comenzó como un sueño compartido terminó siendo una prueba de fuego para la pareja.

Los detalles que compartió pintan un cuadro crudo:

• Tratamientos fallidos que desgastaron su salud emocional y física
• La presión social de cumplir con expectativas de maternidad
• El alivio que llegó al abandonar la lucha contra su infertilidad

Pero lejos de quedarse en el dolor, Gralia encontró consuelo en su rol de "segunda mamá" para sobrinos y sobrinas nietos, a quienes describe con devoción: "Amo con locura y pasión". Este vínculo familiar le permitió explorar su instinto maternal sin las cargas de la crianza directa.

La entrevista tomó un giro inesperado cuando abordó otro momento crítico: el evento cerebral que hace diez años puso en riesgo su vida. Entre recuerdos fragmentados, mencionó el coma inducido, las intervenciones médicas y esas presencias etéreas que sintió a su lado: "Siempre sentí a mi mamá a los pies de la cama".

Lo que podría haber sido una tragedia se convirtió en punto de inflexión. La actriz, conocida por papeles como Claudia en Mirada de Mujer, encontró en la adversidad una nueva perspectiva sobre la fragilidad humana y los caminos alternos hacia la plenitud.

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