Marlene Calderón enfrenta cáncer de mama con resiliencia

Pero para ella, la noticia llegó con un peso distinto. “No se compara con lo que viví cuando supe que mi hijo Orlando tenía lo mismo”, confiesa con una serenidad que solo el sufrimiento forjado puede dar.
La historia de Marlene está marcada por pérdidas. Su abuela materna, cinco tíos paternos y, lo más doloroso, su hijo de 15 años, fallecieron a causa del cáncer. “El de Orlando fue un caso único, un adenocarcinoma que no detectamos a tiempo”, relata. Ahora, enfrenta su propia batalla con la enfermedad, pero esta vez con una ventaja: la detección temprana.
El hallazgo ocurrió casi por casualidad. “Me detecté una bolita en el seno derecho”, cuenta. Desde hace 13 años vive con implantes mamarios, lo que complicó el diagnóstico inicial. “El ginecólogo me dijo: ‘Tranquila, el cáncer no duele’”, recuerda con ironía. Pero los estudios posteriores revelaron la cruda realidad: necesitaba una biopsia urgente.
Entre el miedo y la fe, la cantante encuentra fuerzas donde muchos verían solo vacío. “Orlando es mi mayor maestro”, dice convencida. Su lucha trasciende lo personal: quiere convertirse en vocera de la prevención y seguir exigiendo justicia por los abusos que, asegura, vivió en el clan Trevi-Andrade. “Que la gente nos crea cuenta mucho”, sentencia.
Mientras prepara el lanzamiento de un nuevo cover musical y continúa su labor como conferencista contra la trata de personas, Marlene redefine el coraje. No pide lástima, sino empatía. “Soy resiliente”, afirma. Y en sus palabras late una verdad incontestable: algunas batallas no se eligen, pero la forma de librarlas sí es una decisión.