Juliette Binoche brilla en el FICM 2025 con su ópera prima como directora

La actriz francesa, conocida por su intensidad en pantalla, llegó con algo más que su carisma: traía bajo el brazo su ópera prima como directora.

"Me transformo a través de una película, me siento muy privilegiada de hacer lo que hago", confesó la ganadora del Óscar durante una conferencia de prensa que más bien parecía una clase magistral sobre creación artística. Su película, In-I: In Motion, nació como una colaboración con el coreógrafo Akram Khan y terminó convirtiéndose en un viaje cinematográfico gracias a un empujón inesperado: Robert Redford. El mítico actor y director fue quien insistió en que aquella obra escénica merecía ser filmada.

La cinta es una exploración íntima que borra fronteras:

• Entre el cuerpo y la emoción
• Entre la disciplina del movimiento y el caos creativo
• Entre la actriz consagrada y la directora novata que se atreve a empezar de cero

Pero Morelia no solo fue testigo de su debut tras cámaras. El festival le otorgó el Premio a la Excelencia Artística, un reconocimiento que suele reservarse para figuras que han redefinido el cine. Su reacción lo dijo todo: se arrodilló en el escenario y besó el suelo, en un gesto que mezclaba humildad y pasión. "Me encanta lo que han construido aquí: una comunidad que ama el cine y da al cine mexicano un lugar fuerte en el mundo", declaró sobre el trabajo de los directores del FICM.

La butaca con su nombre que ahora forma parte del teatro principal del festival es solo el último capítulo de una relación especial con México. Un país que, según admitió, siempre ha abrazado sus proyectos más arriesgados. En In-I: In Motion, Binoche parece responder a esa confianza con una obra que es, ante todo, un acto de fe en el arte como forma de vida. Sin red de seguridad. Sin miedo a caer. Sin dejar de moverse.

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