México, DF
El número de usuarios activos ha caído 50% desde la media el 2011.
El entusiasmo que generaban los juegos sociales se ha enfriado considerablemente.
Las recientes tribulaciones de Zynga han coronado una tormenta que ya se anunciaba. Analistas e inversionistas ahora agitan con frenesí banderas rojas de advertencia. Son particularmente bajistas respecto a las empresas que pagan mucho dinero por las firmas que han desarrollado el último juego de moda. “Muchas compañías de medios se han quemado por invertir en este espacio”, explica Richard Greenfield, analista de BTIG Research.
No es que el sector de los juegos sociales se esté hundiendo. Es que la competencia se ha intensificado y el entusiasmo que el último éxito produce entre los jugadores se mide cada vez más con un segundero, no con un calendario tradicional.
“La vida útil de los juegos individuales es cada vez más corta y tienen niveles más bajos de éxito”, dice Greenfield. “Los gustos de la gente son cada vez más inconstantes y pasajeros”.
De hecho, la ventana del tiempo en la cual el número de usuarios activos jugando títulos de Zynga disminuye en 50% desde su pico se redujo a 62 días de media en 2011, frente a 164 días en 2010 y 223 días en 2009, según el rastreador AppData.
“Los juegos son un negocio que depende de un éxito por lo que es muy difícil tener una bola de cristal y saber qué juegos van a tener éxito y por cuánto tiempo”, comenta Colin Sebastian, analista de investigación de Robert W. Baird & Co.
Sebastian asegura que el mercado sigue creciendo, pero a un ritmo más lento, y estima que los ingresos generados por los juegos sociales aumentaron más de 50% en 2011, pero es probable que este año ese incremento sea de 20%.
Todo esto ha hecho que Wall Street se declare bajista con las empresas que persiguen a firmas desarrolladoras de videojuegos con el único propósito de añadir el último éxito a su acervo. El historial no es muy alentador.
Zynga todavía está reponiéndose de la adquisición de OMGPOP por 200 millones de dólares en marzo.