Hong Kong, chi
Tiene programas para impulsar desarrollo de máquinas capaces de compartir información.
Cuando el arquitecto James Law se ve en el espejo cada mañana, su reflejo no es todo lo que lo saluda, también puede ver el reporte del clima, sus mensajes de correo electrónico y su ritmo cardiaco.
“El mayor factor de cambio de los últimos 25 años ha sido internet”, dijo Law, cuyo Espejo Cybertecture es un aspecto del enfoque de su empresa arquitectónica de Hong Kong de integrar la tecnología en el diseño.
“En los edificios, internet se ha vuelto omnipresente pero no ha alcanzado a los productos que habitan en ellos: sillas, puertas, mesas y espejos”.
La empresa de Law, y una serie de proyectos financiados por el gobierno en China continental, buscan cambiar eso. El espejo de 5,000 dólares de Law comenzó como un producto que su empresa diseñó para un edificio residencial de alta tecnología en Dubai. “El Internet de las Cosas comenzó a volverse más real para nosotros como proyecto”, dijo Law. “Comenzamos a tomar estas cosas de nuestros diseños de edificios para hacerlos productos independientes, e intentar impregnarlos con tanta tecnología como podamos”.
Si hay una carrera para liderar el Internet de la Cosas (IoT, por sus siglas en inglés y que describe la tecnología automatizada que permite que las máquinas intercambien información entre sí), China apunta a marcar el ritmo. Desde que el primer ministro chino Wen Jiabao identificó al IoT como una “industria estratégica emergente” en una entrevista en los medios estatales, Beijing se ha enfocado en desarrollar la tecnología por la que los dispositivos pueden comunicarse a través de sensores infrarrojos, Identificación por Radiofrecuencia (RFID, por sus siglas en inglés) y otras tecnologías Máquina a Máquina (M2M, por sus siglas en inglés).
Beijing planea invertir 800 millones de dólares en la industria IoT para 2015. El Ministerio de Información y Tecnología estima que el mercado de IoT de China llegará a los 80,300 millones de dólares para 2015, y luego se duplicará a 166,000 millones de dólares para 2020.
El gobierno estableció zonas empresariales financiadas por el gobierno como el Instituto de Tecnología de Internet de las Cosas Chengdu en la provincia de Sichuan, que desarrolla un sistema de cuidado de la salud en el que los pobladores rurales pueden entrar a una “cápsula de salud” del tamaño de una cabina telefónica para obtener un diagnóstico y la prescripción de un médico en un hospital distante.