Jorge Manzur ‘Estuve de frente con los terroristas’

Referencia.

El mexicano que estuvo en los ataques en Túnez, dijo que gracias a un muro sigue con vida.
“Reconocí los balazos porque me ha tocado escucharlos en mi estado (Tamaulipas), pero lo que pasamos no se compara con lo sucedido en Tampico. Yo estaba muy preocupado por mi familia”, narró Jorge Manzur Nieto, uno de los ocho mexicanos que el pasado miércoles vivieron el ataque terrorista, adjudicado al grupo extremista Estado Islámico al Museo Nacional Bardo, en Túnez, y que dejó 23 personas muertas, y decenas de heridos.
El empresario del ramo constructor disfrutaba de un viaje de placer en aquella nación; celebraba un aniversario más de bodas, cuando se suscitaron los hechos de violencia de los cuales afortunadamente salieron ilesos.
Ellos formaban parte de un grupo de mexicanos que viajaban en un crucero, y dentro del itinerario estaba visitar sitios turísticos de ese país, específicamente en el Museo Nacional del Bardo, ubicado a un costado de la sede parlamentaria.
El ataque terrorista, según las primeras investigaciones, iba dirigido precisamente al Parlamento; sin embargo, al ser repelidos por autoridades tunecinas, ingresaron al museo, donde se encontraban turistas de diversos países, entre ellos los mexicanos de Tampico.
Entrevistado vía telefónica por Adela Micha el también dos veces candidato del PRI a diputado local y federal relató que vio de frente a los agresores.

“Ahí me volví loco·
“Me tiraron a una distancia de 10 a 15 metros, pero me protegí en un muro de mármol, que si no, adiós”.
Jorge Manzur refiere que él salió primero del Museo, junto con su hijo de 18 años, quien se dirigió a una tienda de souvenirs “para comprar un par de recuerdos”.
“Yo me metí al baño, empiezan los disparos, y salgo a correr buscar a mi hijo dentro de la tienda y, por supuesto, ya la veo vacía.
Aseguró que en su carrera desesperada por encontrar a su hijo y al resto de su familia, así como a la familia de su compadre Francisco Javier Sáinz, se encontró de frente al grupo terrorista. “Todos encapuchados, y me dispararon a mí a unos 10 o 15 metros, y gracias a un muro de mármol, pegaron ahí todas las balas y yo alcancé a correr nuevamente a las escaleras del museo”.
Después de esto, “logré bajar de la escalera, y ellos se fueron para la parte central del museo y yo corrí por en medio de un mar de cuerpos, tratando de ver si veía a alguien, pero la verdad me fue imposible, seguían tirando balazos, no sabía si a mí, pero alcancé a llegar a una base militar, que está en frente del museo”.
“Los militares me decían que me agachara, que corriera en zigzag. Hice lo que me fueron diciendo, hasta que llegué con ellos”.
Ya resguardado dentro de la base militar les dijo: “Yo necesito hablar, necesito regresar por mi familia. Mi familia, mis hijos están allá y yo necesito ir por ellos, porque los extremistas ya estaba dentro del museo”.

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