Matan a cuatro en Michoacán aun con vigilancia del Ejército

Huetamo, Michoacán.
Los hechos ocurrieron la madrugada de este domingo en un centro nocturno.
A tan solo unas horas de que arribaran decenas de policías militares a reforzar la seguridad en el municipio de Huetamo, cuatro civiles fueron asesinados a tiros en un bar de esa zona de Michoacán que colinda con el estado de Guerrero.
La Procuraduría General de Justicia del Estado de Michoacán (PGJE) informó que los hechos ocurrieron la madrugada de este domingo en un centro nocturno ubicado a las afueras de la cabecera municipal de Huetamo.
De acuerdo con las investigaciones, un sujeto aún no identificado ingresó al bar El Palomo, donde disparó contra un grupo de personas y dio muerte a cuatro hombres de la comunidad de Cuachalalates de dicho municipio michoacano.
Horas antes del hecho, había llegado un nutrido convoy de elementos de la Policía Militar que, de acuerdo con lo anunciado por el gobernador Silvano Aureoles Conejo, reforzarían los trabajos de seguridad pública en ese municipio, uno de los más golpeados por el crimen organizado.
Cerca de 500 elementos integraron este primer despliegue policial que ha sido asignado para reforzar la vigilancia en coordinación con las autoridades estatales, para las labores de lucha contra la delincuencia.
Lo anterior fue parte de los compromisos que estableció Aureoles Conejo con el gobierno federal “para dar lucha al crimen organizado y bajar los índices de delincuencia”.
En ese sentido, Huetamo, junto con Zitácuaro y Los Reyes, fueron los primeros municipios a los que se enviaron fuerzas federales.
De acuerdo con la advertencia del mandatario michoacano, las fuerzas federales permanecerán en los municipios colindantes con los estados de Jalisco, Guerrero, Colima, Guanajuato y Estado de México hasta que quede conformada la Policía Estatal, mando único establecido bajo estándares de calidad y confianza.
Este es el tercer operativo conjunto que implementa el gobierno federal con autoridades estatales de Michoacán, con el que se pretende acotar la violencia registrada desde hace por lo menos 15 años, generada por el arraigo de grupos del crimen como La Familia Michoacana y más recientemente Los Caballeros Templarios.
El primer despliegue, denominado Operativo Michoacán, fue ordenado por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, desde su llegada a Los Pinos en 2006, hasta un par de meses antes de su salida en 2012, y que dejó miles de muertes en el camino sin que rindiera frutos su “lucha frontal contra el narco”, como él mismo lo anunció.
A un año de su llegada a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto decretó una segunda estrategia, en la cual puso a la cabeza a Alfredo Castillo Cervantes, a través de la Comisión Federal para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, que tampoco funcionó.