Insuficiente el sistema de salud para indígenas, según investigadores

México DF.
Casi tres millones de indígenas carecen de acceso a servicios de salud pública.
Un niño que habita en una comunidad mayoritariamente indígena tiene más probabilidades de morir antes de tener cinco años que la que tiene un niño de una zona no indígena. Una mujer que es indígena tiene más probabilidad de morir por complicaciones relacionadas al embarazo o el parto que la que tiene una mujer que no lo es. Los adultos mayores de este sector, dicen datos de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), viven el “último tramo del ciclo de vida subsistiendo en condiciones poco dignas, [que se] sintetizan en pobreza, soledad, enfermedad y marginación”.
Los pueblos indígenas de nuestro país sufren diferencias en salud con relación al resto de la sociedad que son “innecesarias y evitables, y, además consideradas injustas”, plantea un estudio editado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
En la actualidad, de los 15.7 millones de personas que pertenecen a este sector en el país, 2.8 no cuentan con acceso a servicios de salud (lo equivalente a llenar poco más de 26 veces el Estadio Azteca), según estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La población indígena en el país, generalmente asentada en localidades rurales, suele vivir en condiciones precarias en materia de educación, vivienda, infraestructura y servicios básicos, pero a este panorama adverso deben sumarse también deficiencias en diversos ámbitos sanitarios:
Un estado de salud precario, falta o dificultad de acceso a servicios, una cobertura ineficaz, falta de infraestructura y además falta de participación de los propios pueblos indígenas en la agenda referente a la materia, no dejan quitar el dedo del renglón: en la población indígena persiste una condición de desventaja para poder alcanzar un mayor nivel de bienestar y poder de decisión, señala el último Informe sobre Desarrollo Humano de los Pueblos Indígenas en México, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Un primer aspecto que refleja las desigualdades en salud entre el sector indígena y el no indígena es su proceso de transición epidemiológica. Mientras a nivel nacional, de acuerdo con datos de la Dirección Nacional de Epidemiología, el tipo de enfermedades que más causan muerte son las crónico-degenerativas, en el sector indígena siguen siendo enfermedades prevenibles:
Patrones de enfermedad y muerte relacionadas con enfermedades infecciosas y parasitarias son las que prevalecen. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut 2012), por ejemplo, reportó que la diarrea aún es una de las principales causas de muerte en niños menores de un año en este sector. Después, vienen las enfermedades maternas, perinatales y los problemas derivados de la deficiencia de la nutrición, señalan datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por último, están las enfermedades no transmisibles (o crónicas) y los accidentes y lesiones.
Números incluidos en un estudio realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), reflejan el deterioro del que Castro habla:
La esperanza de vida es menor y la mortalidad mayor en los pueblos indígenas que en el resto de la población, además, en este grupo poblacional “continúa el predominio de las enfermedades transmisibles, con elevada mortalidad infantil y materna, así como una alta desnutrición (especialmente en los estados del sur y sureste del país)”.
Por otro lado, detalla el documento, ”persisten de enfermedades ‘residuales’ ausentes en otros sectores de población (como tracoma en los tzeltales de Chiapas), y también altas tasas de alcoholismo y elevada existencia de factores predisponentes de daños a la salud como hacinamiento, precariedad de las viviendas y déficit de infraestructura doméstica y comunitaria para el adecuado saneamiento ambiental, escasez de alimentos, accidentes y violencia”.
Mientras que el informe el PNUD, asegura que “ser indígena aumenta la probabilidad de [...] tener un menor acceso a servicios básicos de salud”, Daniela Díaz Echeverría, miembro de Fundar, Centro de Análisis e Investigación AC, dijo que es menester cambiar esta perspectiva pues “hay que entender que no es que los indígenas sean en sí mismo vulnerables, sino que existen condiciones que los ponen en vulnerabilidad. Ellos, desde una perspectiva de ser sujetos de derecho están viven de acuerdo a condiciones que los ponen en esa situación. Y en salud es clarísimo…”
“Uno de los factores que los ponen en vulnerabilidad en la materia es la forma en que son tratados y concebidos desde los servicios sanitarios”, destacó.