México cerró puertas a niños migrantes por presión de EU

Cd. de México.
Expertos aseguran que las leyes en México en realidad son muy buenas, el problema está siendo su aplicación.
A Edwin L. lo secuestraron en Coatzacoalcos, Veracruz, en mayo de 2015. Tenía 16 años y viajaba hacia Estados Unidos desde Honduras. Estuvo detenido por ocho días hasta que su familia pagó los 2 mil dólares que le pidieron de rescate. No lo reportó a las autoridades mexicanas: es sabido por quienes cruzan México que si denuncian un abuso o acto violento en su contra serán detenidos y deportados por los agentes de inmigración.
Para los migrantes centroamericanos, México no es un país donde se pueda pedir protección. Las cifras confirman esta creencia: ni siquiera llega a uno de cada 100 niños migrantes detenidos por las autoridades mexicanas los que son reconocidos como refugiados. Menos del 1%, indica un informe publicado este jueves por la organización Human Rights Watch (HRW), una cifra que contrasta con el 48% que, de acuerdo con datos de Naciones Unidas, podrían encontrarse en una situación que los haría candidatos a recibir esta protección.
En el documento titulado “Closed doors: Mexico’s failure to protect Central American refugee and migrant children” (“Puertas cerradas: el fracaso de México en la protección de niños refugiados y migrantes de Centroamérica”), HRW documenta las contradicciones que existen entre la legislación mexicana que tiene por objetivo proteger a los migrantes en tránsito y su aplicación. La suma de factores como la intimidación por parte de las autoridades migratorias, la amenaza de detención prolongada e incluso la presión por parte de Estados Unidos —a través de mecanismos como el Programa Frontera Sur— provocan que quienes podrían solicitar refugio o asilo prefieran intentar llegar a la frontera norte o regresar a la situación de violencia de la que están huyendo.