MÉXICO
Ann Romney y Michelle Obama son pieza clave en las aspiraciones políticas de sus maridos
La guerra entre las dos mujeres más importantes para Estados Unidos ya comenzó. En un ambiente hostil y competitivo, en donde hasta la cocina ha sido ámbito importante, Ann Romney y Michelle Obama lucharán por ver quién impulsa mejor a su marido.
“Las dos gastarán su tiempo peleando por ellos, hablarán de su papel como madres y parejas en un esfuerzo para conectarse a las mujeres votantes”, dijo Geoffrey Skelley, analista político de Crystal Ball, una de las casas más certeras en resultados electorales.
Ann, por su parte, empezó el pasado martes con un discurso en Tampa. Ahí contó experiencias personales de su esposo, con el fin de humanizar su imagen, pues se ha presentado como un candidato que sólo se ocupa de los negocios. ‘‘Es un hombre con corazón, tierno, capaz de entender los problemas de la gente. Él es feliz cuando ayuda”, dijo la señora Romney.
Con su personalidad “cálida conecta con el pueblo, habla del Mitt real, uno más ablandado y menos robótico”, según el politólogo. Una de las anécdotas que más gusta a su público es la de su enfermedad, la esclerosis múltiple que Ann, de 63 años, sufre desde hace más de 14 años.
En ella resalta el papel que su esposo ha jugado, cuidándola siempre y no dejándola sola con el problema. “Puede usar su enfermedad como herramienta para humanizar a Romney. Puede hablar del estrés que tuvo y centrarse en el importante rol que Mitt tuvo”, afirmó el analista.
Por su parte, Michelle Obama, de 48 años, tuvo un inicio más temprano en la actividad preelectoral, haciéndose colaboradora oficial, la semana pasada, en una escuela de Milwaukee.
El aspecto de la obesidad y los veteranos de guerra no dejaron de ser los dos pilares de su discurso, en el que animó a todos a votar. “Todo podría definirse con unos pocos cientos de votos. Ese nuevo voluntario que ustedes recluten, ese podría ser el voto que decida esta elección”, afirmó la señora Obama a los cerca de dos mil partidarios que asistieron al evento.
La primer primera dama negra en la historia de Estados Unidos cuenta con muchas herramientas a su favor; más de 68 por ciento de la población tiene una opinión favorable de ella, según la casa encuestadora Gallup.