Washington, dc
Un representante del gobierno se negó a responder sobre las acusaciones de violaciones.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresaron su decepción por la negativa de Estados Unidos a aportar información durante una audiencia celebrada ayer sobre la situación de derechos humanos de los detenidos en la base de Guantánamo.
El comisionado Rodrigo Escobar Gil dijo que la CIDH ve con “gran preocupación” la situación de los prisioneros en Guantánamo porque “tenemos información de violaciones generales y sistemáticas a los derechos humanos, tratos crueles, inhumanos y degradantes”.
Escobar preguntó al gobierno estadunidense cuándo se le permitirá a la CIDH o a la ONU inspeccionar el centro de detención, con acceso irrestricto a todas sus instalaciones y prisioneros.
También inquirió sobre qué medidas ha adoptado Washing-ton para atender las peticiones de los 14 prisioneros que se mantienen en huelga de hambre y cuáles son los obstáculos que restan para el cierre definitivo del centro de detención, solicitado previamente por la CIDH.
El colombiano expresó que la falta de respuesta estadunidense fue “injustificada” porque los problemas en Guantánamo son estructurales y llevan al menos una década.
La delegación de Estados Unidos, encabezada por el embajador alterno ante la Organización de Estados Americanos Lawrence Gumbiner, acudió a la audiencia sin respuestas alegando que el cierre parcial del gobierno federal durante 17 días le impidió prepararse adecuadamente, y se comprometió a responder por escrito durante los próximos 30 días.
El secretario general de la CIDH, el mexicano Emilio Álvarez, criticó la ausencia de respuestas estadunidenses por considerar que “envía un mensaje equivocado”, e indicó que el organismo aguardará las respuestas que aporte Estados Unidos para incluirlas en un informe temático que planea difundir a fines de 2013.
El Pentágono anunció que inició una revisión de los numerosos prisioneros en Guantánamo que no enfrentan cargos criminales, en sus esfuerzos por cerrar la prisión.