Washington, DC
Lejos de ser una organización precaria, trata de manejarse como una corporación.
Cuando vio a la caravana de autos con la bandera negra de Al Qaeda acercándose a alta velocidad, el administrador de un modesto almacén de comestibles pensó que lo iban a robar.
Mohamed Djitteyre cerró con llave el local y se escondió detrás del mostrador. Para su sorpresa, sin embargo, el comandante de Al Qaeda abrió sin forzar la puerta de vidrio y le pidió educadamente un frasco de mostaza. Pagó y solicitó un recibo.
Más de 100 recibos hallados en un edificio ocupado por elementos de Al Qaeda del Magreb Islámico en Timbuktú el año pasado reflejan lo puntillosa que es la organización en el manejo de su dinero, al punto de que pide recibos incluso para la compra de una bombilla eléctrica.
Abundan los papelitos en los que se escribe un gasto, con marcador amarillo que hace pensar que fueron revisados: 1.80 dólares por un jabón, 8 por un paquete de fideos, 14 por un super pegamento. Todos los documentos fueron autenticados por expertos.
El sistema de contabilidad encontrado por una agencia es un calco de lo que los investigadores han hallado en otras partes del mundo donde opera Al Qaeda, como Afganistán, Somalia e Irak.
Los documentos incluyen registros de talleres de capacitación, planillas salariales, presupuestos para cuestiones filantrópicas, solicitudes de trabajo, relaciones públicas y cartas del equivalente a una sección de personal.
Modelo corporativo
Un análisis de la evidencia revela que, lejos de ser una organización precaria e improvisada, Al Qaeda trata de manejarse como una corporación multinacional, que fija políticas económicas que deben ser acatadas en distintas áreas.
Tienen que tener un sistema de contabilidad”, afirmó Williamd McCants, de la Brookings Institution y ex asesor de la Oficina del Coordinador de Antiterrorismo del Departamento de Estado.
Tienen pocas formas de controlar a sus cuadros, de hacerlos hacer lo que tienen que hacer. Tienen que manejarse como una empresa”, explicó el experto.
Los expertos dicen que cada rama de la organización tiene una estructura corporativa y que ese modelo no solo le ha permitido sobrevivir, sino crecer.
Los documentos más reveladores son tal vez los recibos de compras, que ofrecen una visión de lo que es la vida diaria de los cuadros de Al Qaeda.
Para las cosas más pequeñas pedían recibos”. “Incluso para una lata de Nescafé”.
La enorme cantidad de recibos de comestibles indica que los militantes siguen una dieta de macarrones con carne y salsa de tomate y consumen grandes cantidades de leche en polvo.