Crimea, Ucr.
Las tropas rusas tienen en su control casi todos los destacamentos en la región.
Ucrania ha perdido casi toda su flota de guerra emplazada en Crimea en una tragedia histórica para la Armada de este país, que en un intento desesperado de conservar sus últimos navíos ordenó resistir hasta el final al gran buque de desembarco ‘Konstantín Olshanski’, hostigado por las tropas rusas.
En Crimea se han tomado navíos. A pesar de que se dio orden a sus comandantes de que usaran las armas, no las usaron para evitar el derramamiento de sangre”, reconoció el ministro de Defensa ucraniano, Igor Teniuj.
El ‘Olshanski’ y el dragaminas ‘Cherkassi’ eran los últimos barcos de guerra ucranianos en hacer caso omiso a las órdenes de rendición de militares rusos en las aguas del lago Donuzlav, del que no pueden salir a mar abierto después de que los rusos hundieran dos embarcaciones ucranianas para cerrar esta vía de escape.
El buque de desembarco se puso en alerta de combate después de que se le acercaran lanchas rusas con marines a bordo.
‘Olshanski’ tiene todo su armamento en regla y los marineros tienen en mano armas de tiro”, subrayó Teniuj después de que algunos medios denunciaran que la tripulación del barco no tenía armas para defenderse del ataque.
Otros dos navíos de guerra que seguían hasta bajo bandera ucraniana en este lago crimeo, el ‘Kirovograd’ y el ‘Chernigov’, obedecieron órdenes de las fuerzas rusas y atracaron en el litoral, según varios medios ucranianos.
Hace 24 horas, el Ministerio de Defensa ruso informaba de que 54 de los 67 navíos de la Armada ucraniana en Crimea habían arriado la bandera ucraniana
Poco después, Ucrania perdió nada menos que su buque insignia, el ‘Slavutich’, y su único submarino, el ‘Zaporozhiy’.
La tragedia de nuestra flota en Crimea tendrá que ser investigada. Cada segundo, cada milímetro, por todas las verticales y horizontales. (...) El pueblo lo exigirá con determinación”, declaró el ex primer ministro ucraniano Yevgueni Marchuk.
Ucrania parece resignada a perder sus últimas posesiones en Crimea, entre ellas valiosos navíos y aviones, sin ofrecer resistencia y sin prestar apoyo a los no pocos soldados leales que le quedan en la península.
Los navíos, aeropuertos y unidades de las Fuerzas Armadas ucranianas caen como moscas ante la incuestionable superioridad de las tropas rusas.