La Haya, Hol
Líderes de 53 países, entre ellos el presidente Barack Obama, se dan cita en Holanda.
La III Cumbre sobre Seguridad Nuclear, organizada por Holanda, comenzó ayer en La Haya con la asistencia de 53 países que analizarán la manera de avanzar en la prevención de ataques terroristas que puedan utilizar material atómico.
El primer ministro de Holanda, el liberal Mark Rutte, dio la bienvenida a todos los mandatarios internacionales, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Barack Obama; de Francia, François Hollande y los primeros ministros de Japón, Shinzo Abe; de Italia, Matteo Renzi, entre otros.
La cumbre arrancó con un video sobre los riesgos de los materiales nucleares sin control y un espectáculo de luz y baile en la misma sala de reunión de los líderes.
En su discurso de apertura como anfitrión, Rutte afirmó que estos dos días de trabajos estarán centrados en cómo asegurarse de que el material nuclear no caiga en manos de terroristas y se almacene con más seguridad.
Sabemos que hay terroristas sin escrúpulos dispuestos a usar ese tipo de armamento”, dijo Rutte.
El primer ministro holandés recordó que fue Obama el impulsor de estas reuniones internacionales al más alto nivel para abordar la seguridad de los materiales nucleares y señaló que, desde la primera edición organizada en Washington en 2010, se han registrado progresos en ese ámbito en diferentes países del mundo.
En cualquier caso, dejó claro que la seguridad de estos materiales tiene que ser una preocupación permanente.
La tarea que iniciamos hace cuatro años no es fácil. No hay una manera mágica de librar al mundo de la amenaza. Pero vamos a ir paso a paso”, afirmó el primer ministro holandés.
Rutte pidió concentrar los esfuerzos en evitar que el material nuclear se convierta en algo útil para los terroristas y en almacenarlo con más seguridad, en dividir de manera adecuada las tareas entre los reguladores y la industria nuclear y en que los países se coordinen mejor a nivel internacional.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió evitar que caigan en manos de los terroristas las armas más devastadoras conocidas por el ser humano.
Destacó también el papel de la Interpol a la hora de coordinar acciones entre diferentes países para combatir el tráfico ilegal de estos materiales.