Dallas, Texas.
Abogados afirman que aunque existe orden de suspensión sí se podría aplicar el castigo capital.
Aun cuando la ejecución del reo mexicano Ramiro Hernández Llanes continúa suspendida por una orden judicial, las posibilidades de que logre evitar que Texas le aplique el castigo capital este miércoles, por el homicidio de un ranchero en 1997, no son halagadoras.
El mexicano, originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas, tiene múltiples argumentos válidos para buscar posponer su ejecución, aunque todos ellos han sido refutados por las cortes ya sea de manera directa o en forma indirecta al haber sido expuestos por otros reos.
En el último argumento presentado por su defensa, la semana pasada, la magistrada federal Vanessa Gilmore ordenó suspender la ejecución de Hernández, programada para este nueve de abril, hasta que las autoridades estatales den a conocer el nombre del fabricante de la inyección letal que se usara en el procedimiento para quitarle la vida.
Gilmore también ordenó suspender por los mismos motivos la ejecución del homicida convicto Tommy Lynn Sells.
La suspensión de la ejecución de Sells duró sólo unas cuantas horas y el reo recibió la inyección letal la tarde del jueves pasado en la cámara de la muerte de la Unidad Carcelaria Walls, en Hunstville, Texas, sitio en el que podría ser ejecutado Hernández.
La Corte Federal de Apelaciones del Quinto Circuito, con sede en Nueva Orleans, desechó los argumentos expuestos por los abogados de Sells para mantener la suspensión del castigo capital en su contra.