Kano.
El grupo islamista nigeriano Boko Haram tomó la ciudad de Chibok, en el noreste de Nigeria, donde hace más de seis meses fueron secuestradas 276 estudiantes, a pesar de las repetidas promesas del gobierno de mandar refuerzos a la zona.
Poco después del anuncio de la toma de esa ciudad, un atentado suicida atribuido a Boko Haram mató a seis personas, incluidos tres policías, en una gasolinera de Kano, la mayor ciudad del norte de Nigeria, según el comisario de policía del estado de Kano, Adenlere Shinaba.
“Chibok fue tomada por Boko Haram. Ahora son ellos quienes tienen el control”, aseguró Enoch Mark, un pastor cristiano cuyas hija y sobrina se encuentran entre las 219 jóvenes que aún siguen retenidas.
Mark y el senador de Borno del Sur, Ali Ndume, dijeron que los radicales habían atacado el poblado la tarde de ayer.
El senador Ndume afirmó que había recibido llamadas de los habitantes que huyeron y que comentaron que la localidad “está ahora bajo su control”.
“Algunos de nosotros consiguieron huir, todas las torres de comunicación fueron destruidas durante el ataque con cohetes”, añadió el senador.
El secuestro de las estudiantes en Chibok, el 14 de abril, en el sur del estado de Borno, provocó una ola de indignación en el mundo entero.
Varios jefes de Estado, estrellas internacionales e incluso el papa Francisco participaron entonces en la campaña #bringbackourgirls lanzada en las redes sociales en apoyo de las jóvenes.
Más de seis meses después, 219 de ellas siguen retenidas, pese a los llamados para su liberación.
Boko Haram, que pretende imponer la Sharía (ley islámica), ha llevado a cabo varios ataques contra escuelas que siguen programas occidentales desde 2009.
El presidente Goodluck Jonathan aseguró que liberaría a las estudiantes y mandaría refuerzos a Chibok para asegurar la zona, durante un encuentro con los familiares de las víctimas en julio, pero no cumplieron con su palabra.
Habitantes de Chibok contactados llevaban meses alertando sobre el deterioro de las condiciones de seguridad en la ciudad y en sus alrededores.
Un responsable de los servicios de seguridad en la región había avisado, el mes pasado, que la caída de la ciudad era inminente.
Según Pogo Bitrus, jefe de los ancianos de Chibok, los islamistas tenían confidentes en la ciudad, ya que aprovecharon un momento de debilidad para atacar.
“Los miembros de la milicia local, que utilizan fusiles, ya no tenían municiones, así que su jefe viajó ayer a Maiduguri (capital de Borno), para abastecerse en caso de ataque”, y los insurgentes aprovecharon ese momento para lanzar su ofensiva, explicó por teléfono.