Jeffrey Mackey, de 39 años, y Alexis Nieves, de 33, han sido acusados de asesinar a Malcolm Brown y Donna Conneely en Long Island, cuyos restos fueron encontrados esparcidos en febrero y marzo de este año, desatando horror y consternación en la comunidad.
Durante su comparecencia en el tribunal estatal de Riverhead, ambos se declararon no culpables, enfrentando además cargos previos por ocultamiento de cadáver y manipulación de pruebas.
La investigación tomó un rumbo inesperado al revelarse que el móvil del brutal asesinato estaría vinculado a un robo a mano armada en una gasolinera el 20 de febrero, planificado por las propias víctimas junto a otros implicados. Según el asistente del fiscal del distrito de Suffolk, Frank Schroeder, Mackey apuñaló a las víctimas mientras Nieves empleó un mazo de carne en el ataque, en un acto de violencia que superó la barbarie de desmembrar sus cuerpos. Las arrestos se realizaron tras un allanamiento en Amityville, donde Mackey, junto a Steven Brown y Amanda Wallace, residían. Aunque Brown y Wallace no han sido acusados del asesinato, enfrentan cargos por obstrucción a la justicia y ocultamiento de cadáver, con su comparecencia programada para el día siguiente. Los abogados defensores de los acusados mantienen la inocencia de sus representados, prometiendo una lucha enérgica contra los cargos. Este caso, que parece sacado de una trama de novela negra, sigue desarrollándose, prometiendo más revelaciones en un juicio que captura la atención de toda Long Island y más allá.