La Corte Suprema desestimó un desafío al proceso de aprobación regulatoria de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para el medicamento abortivo mifepristona, en un fallo que ha generado opiniones encontradas. La decisión unánime de la Corte, que indicó que los demandantes carecían de legitimidad para demandar al gobierno, ha sido vista como una victoria para la administración de Biden y los defensores de los derechos al aborto.
El juez Brett Kavanaugh, autor de la opinión unánime, señaló que las objeciones legales, morales, ideológicas y políticas al aborto electivo y a la regulación relajada de la FDA sobre la mifepristona, por sí solas, no establecen un caso justiciable o controversia en la corte federal, según el Artículo III de la Constitución. El caso fue remitido de nuevo al Quinto Circuito en conformidad con la opinión de la Corte.
El origen de este caso se remonta a demandas presentadas por un grupo de asociaciones de atención médica, la Alianza para la Medicina Hipocrática, que alegaban que el medicamento tiene una alta tasa de complicaciones.
Sin embargo, la abogada del bufete de derechos civiles Alliance Defending Freedom, Erin Hawley, expresó su desilusión por el fallo de la Corte, argumentando que la FDA ha eliminado de forma imprudente estándares de seguridad sensatos para los medicamentos abortivos.
A pesar de la decisión de la Corte, Hawley aseguró que continuarán abogando por las mujeres y trabajando para restaurar las salvaguardias sensatas para los medicamentos abortivos, como una visita inicial a la oficina para detectar embarazos ectópicos.
La Corte Suprema determinó que el grupo demandante no pudo probar que las reglas relajadas de la FDA les causarían un daño suficiente para otorgarles legitimidad para demandar, lo que ha generado controversia en torno a este tema tan delicado.