Elizabeth Grant, residente de Queens de 56 años, fue acusada de crueldad animal en un caso que involucra a más de 20 perros y gatos. La fiscalía anunció que Grant enfrenta 88 cargos por crueldad animal, desacato criminal y otros delitos, debido a las condiciones deplorables en las que mantenía a los animales en su casa de dos pisos en Jackson Heights.
De acuerdo con la información proporcionada por la fiscalía, el 26 de noviembre de 2021, un empleado de los Servicios de Protección de Adultos de la Ciudad de Nueva York acudió a la casa de Grant para realizar un control de bienestar a su madre. Durante la visita, el funcionario observó la presencia de perros, gatos, tortugas, conejillos de indias y un conejo en la vivienda. El empleado también declaró que al entrar en la casa, percibió un fuerte olor a amoníaco proveniente de la orina y pudo observar heces excesivas en el piso.
Las autoridades encontraron un panorama preocupante en la casa de Grant, debido a los pisos y muebles cubiertos de heces y orina, tres gatos sin vida y un ambiente insalubre que dificultaba la respiración de los animales. También se detectó una infestación de moscas, basura y desorden en todo el primer piso.
La casa de Grant mostraba signos de deterioro. Las escaleras estaban dañadas, lo que obligó a los socorristas a utilizar una escalera para acceder al segundo piso. El techo del primer piso parecía pelarse y pudrirse debido a daños por líquidos.
Las mascotas no son coleccionables. Requieren cuidado, comida, agua y un lugar limpio para vivir, expresó Melinda Katz, fiscal de distrito de QueensGrant fue citada a comparecer ante el tribunal en septiembre luego de su comparecencia inicial por la acusación. El cargo de desacato se deriva de una violación de una orden judicial permanente que prohíbe a la acusada poseer, albergar o tener la custodia o control de cualquier animal hasta el 30 de abril de 2028.
Los animales fueron enviados al Centro de Recuperación de Animales de la ASPCA en Manhattan para recibir atención médica y conductual. Algunos de los animales mostraron un comportamiento temeroso e ingresaron a los programas de rehabilitación de la ASPCA donde recibieron tratamiento especializado para superar su miedo.