La Luna Azul, un fenómeno celestial que ha cautivado la imaginación humana durante siglos, se presenta de formas diversas, no siempre coincidentes con la tonalidad que sugiere su nombre. En agosto de 2024, nos encontramos con una Luna Azul peculiar, la cual no solo cumple con la definición tradicional de este evento, sino que también se presenta como una superluna, la primera de cuatro consecutivas.
La Luna Azul, en su definición más extendida, se refiere a la segunda luna llena que ocurre dentro de un mismo mes calendario. Sin embargo, existe otra definición, menos conocida, pero igualmente válida. Se habla de Luna Azul cuando se presenta la tercera luna llena dentro de una estación del año, comprendida entre un solsticio y un equinoccio.
Es precisamente esta definición la que se aplica a la Luna Azul del 19 de agosto de 2024. Este evento se produce debido a que la luna llena de junio cae muy cerca del solsticio de junio, lo que permite que la estación de verano (en el hemisferio norte) albergue cuatro lunas llenas en lugar de las tres habituales.
Las lunas azules, tanto las mensuales como las estacionales, se producen con relativa frecuencia. En cuanto a las lunas azules estacionales, ocurren cada 2 o 3 años, y las lunas azules mensuales cada 19 años.
No hay que olvidar que el color azul de la Luna es más bien un mito. La mayoría de las veces, las lunas azules no se tiñen de ese color. Este color se asocia a la Luna debido a la influencia de la cultura popular y a la interpretación errónea de un artículo de una revista de astronomía en 1946.
En realidad, la Luna puede adoptar un tono azulado en situaciones muy específicas, como cuando la atmósfera terrestre contiene partículas de polvo o humo de un tamaño particular. Estas partículas dispersan la luz roja, haciendo que la Luna se vea azul.
La Luna Azul sigue siendo un evento fascinante, que invita a la reflexión sobre la naturaleza de los fenómenos celestiales y la forma en que los humanos los interpretan.