En Canadá, se está llevando a cabo un desafío legal sobre la exclusión de enfermedades mentales de los criterios para la muerte asistida. Dos demandantes y un grupo de defensa argumentan que esta exclusión infringe sus derechos fundamentales. La ley actual permite la muerte asistida solo para condiciones médicas físicas graves y excluye a quienes padecen de enfermedades mentales. Aunque se esperaba que la exclusión terminara en 2023, ha sido extendida hasta 2027, bajo el argumento de que el sistema no está preparado para estos casos.
La prórroga de la exclusión ha sido criticada por profesionales de la salud y defensores de los derechos, quienes señalan la dificultad para evaluar la incurabilidad de enfermedades mentales y establecer criterios claros. También argumentan que es más fácil acceder a la muerte asistida que a los recursos para mejorar la calidad de vida, creando un desequilibrio que favorece una solución final en lugar de tratamientos útiles.
El desafío legal involucra a dos personas con enfermedades mentales severas que, según los documentos, serían elegibles para la muerte asistida si no se excluyera su condición mental. Los demandantes argumentan que su sufrimiento es intenso y que la exclusión perpetúa su dolor, violando sus derechos a la igualdad, la vida, la libertad y la seguridad.
El caso destaca la necesidad de revisar las políticas de muerte asistida en Canadá. La oficina del Ministro de Salud no ha comentado, y el resultado podría afectar la legislación y los derechos de las personas con enfermedades mentales. El debate sobre equilibrar el acceso a la muerte asistida con la protección para quienes padecen enfermedades mentales sigue vigente.