Un ambiente de pánico se apoderó de la ciudad a medida que los asistentes al festival se enteraban del ataque. La música se apagó, las sirenas resonaron en la noche y las calles se llenaron de personas en estado de shock. El festival fue cancelado de inmediato y las autoridades solicitaron a la población abandonar la zona.
Philipp Müller, uno de los organizadores del festival, confirmó la trágica noticia en el escenario. La policía, armada y acordonando el área, permanece en la escena del crimen. El presunto agresor, según testigos, huyó hacia la calle principal, pero no se ha confirmado su captura.
Las autoridades trabajan arduamente para investigar los hechos y brindar apoyo a las víctimas. El Oberbürgermeister Tim Kurzbach expresó su profundo pesar por la tragedia, calificándola como un "atentado" a la ciudad.
La tragedia ha conmocionado a la comunidad de Solingen, que se preparaba para celebrar un hito importante en su historia. La ciudad se encuentra ahora en un estado de luto y confusión, mientras se intenta procesar la magnitud de lo ocurrido.
Las autoridades han instaurado un centro de atención en el Café Kersting para brindar información y apoyo a la población.