Seis años después de desembarcar en California, Shake Shack se prepara para despedirse de algunos de sus restaurantes en el estado dorado. La cadena de hamburguesas, conocida por sus icónicas hamburguesas, papas fritas crujientes y batidos espesos, cerrará nueve locales en septiembre, según un comunicado de la empresa.
La decisión de cerrar estas ubicaciones se basa en un análisis exhaustivo de su rendimiento y forma parte de la estrategia de Shake Shack para optimizar su presencia en el estado. Aunque la empresa no reveló detalles específicos sobre los motivos del cierre, se especula que la competencia feroz en el mercado de comida rápida, el aumento de los costos operativos y la cambiante dinámica del consumo podrían estar detrás de esta decisión.
Las nueve ubicaciones que cerrarán sus puertas en septiembre se encuentran en Oakland, Bunker Hill (en el centro de Los Ángeles), Downtown Culver City, Koreatown, Silverlake, Westfield Topanga (en Woodland Hills), Polaris (Ohio), Houston Galleria (Texas) y Montrose (Texas).
La noticia del cierre ha generado preocupación entre los empleados de los locales afectados. Sin embargo, Shake Shack ha confirmado que ofrecerá puestos de trabajo en otras ubicaciones cercanas a los empleados que deseen continuar trabajando para la empresa. A aquellos que no acepten una transferencia se les ofrecerá un pago de 60 días.
Shake Shack asegura que a pesar del cierre de estas nueve ubicaciones, la empresa sigue comprometida con su crecimiento sostenible y la apertura de nuevos locales en todo el país. La compañía tiene actualmente 37 ubicaciones en California.
El cierre de estos locales representa un cambio significativo en la estrategia de Shake Shack, pero la empresa asegura que se trata de una medida necesaria para asegurar su éxito a largo plazo. La historia de la compañía en el estado dorado aún no ha terminado, y es probable que sigamos viendo nuevas aperturas de Shake Shack en el futuro.