En Oviedo, poblado de Orlando, Florida se evitó una tragedia. La historia de una niña de seis años que se quedó dormida en un autobús escolar y despertó sola, envuelta en un infierno de calor, ha sacudido la comunidad. Barbra Ledbetter, la conductora del autobús, está en el centro de la tormenta, acusada de negligencia infantil.
La niña, tras la ruta escolar, se quedó dormida en el autobús que se encontraba estacionado en la escuela. El vehículo, sin aire acondicionado, se convirtió en una sauna. Tras más de una hora de agonía, la pequeña despertó, desorientada, con la respiración dificultosa, y un calor abrasador. En un acto de desesperación, la niña golpeó la ventana hasta que un padre de familia que pasaba por ahí escuchó sus gritos y la auxilió.
Las autoridades de Oviedo, tras una investigación del Departamento de Niños y Familias, detuvieron a la conductora. De acuerdo con el reporte, Ledbetter omitió la revisión de seguridad del autobús antes de dejar a los niños en la escuela, pese a que su responsabilidad incluye una inspección visual de cada asiento. La conductora, en un acto de deshonestidad, firmó un registro en el que aseguraba haber realizado la revisión, a pesar de no haberlo hecho.
La empresa All About Kidz, propietaria del autobús, ha emitido un comunicado expresando su preocupación por el incidente y asegurando que la seguridad de los niños es su prioridad. Sin embargo, la situación ha generado un debate en la comunidad sobre la seguridad en los traslados escolares, y el caso ha sido un recordatorio de la importancia de la vigilancia en cada etapa del proceso.