Su cuerpo sin vida, con una herida de bala en la cabeza, fue encontrado en la madrugada del 16 de febrero en un estacionamiento, justo a un lado del muelle que tantas veces había sido testigo de la belleza del Pacífico.
Las autoridades, en un trabajo de investigación que duró semanas, lograron dar con el responsable: Alexis Martínez, un joven de 29 años residente de Inglewood. Martínez, tras ser localizado y detenido, finalmente confesó su culpabilidad, aceptando un cargo por asesinato y siendo sentenciado a 25 años de prisión a cadena perpetua.
El silencio sobre el motivo del crimen es una herida que aún no cicatriza, una pregunta que perdura en el ambiente. ¿Qué llevó a Martínez a cometer este acto? ¿Cuál fue la razón que lo llevó a arrebatar la vida de un hombre que, al parecer, no representaba una amenaza? Las respuestas, al menos por ahora, permanecen ocultas en las sombras de este caso.
La sentencia de Martínez representa un cierre para la familia de Campos. El muelle de Redondo Beach, en silencio, continúa mirando al mar, testigo de una tragedia que, a pesar del tiempo, deja una huella imborrable en la memoria de la ciudad.