En el corazón de Lake Balboa en California, en la esquina de Saticoy y una tragedia en ciernes, el taller de reparación de automóviles New Century Auto Body & Paint se convirtió en un infierno de llamas y explosiones.
El fuego, que se desató poco antes del mediodía, se abalanzó sobre la vieja estructura de una planta, un testigo mudo de 70 años de historias mecánicas. Las llamas devoraron el edificio, mientras que múltiples explosiones, probablemente originadas por los vehículos o equipos dentro del taller, retumbaban en el aire.
El rugido del fuego y el estruendo de las explosiones pintaron un escenario dantesco, afortunadamente sin víctimas.
Los bomberos, enfrentados a un calor infernal de 108 grados, lucharon con valentía contra las llamas. El infierno se extendió rápidamente, consumiendo los 332 metros cuadrados del taller en 63 minutos.
A pesar de la ferocidad del incendio y el riesgo de las explosiones, los bomberos lograron contener la situación, evitando que el fuego se propagara a otras estructuras.