El mayor general Pat Ryder, portavoz del Pentágono, confirmó el despliegue, aunque no especificó el número de soldados ni su misión. Actualmente, hay alrededor de 40,000 soldados estadounidenses en la región.
Esta decisión se produce en medio de intensos ataques aéreos israelíes en Líbano, que ya han causado cientos de muertos. El Departamento de Estado de Estados Unidos ha emitido advertencias a los ciudadanos estadounidenses para que abandonen el país, citando el creciente riesgo de un conflicto regional más amplio.
Las explosiones en diversas partes de Líbano, incluyendo Beirut, donde la embajada de Estados Unidos ha pedido a sus ciudadanos que se marchen mientras haya vuelos disponibles, han aumentado la alarma.
Israel, por su parte, ha llevado a cabo una operación contra más de 800 objetivos de Hezbollah en Líbano, advirtiendo a los residentes cercanos a los depósitos de armas que evacuaran.
El ministro de Salud libanés ha informado de 274 muertos, entre ellos 21 niños y 39 mujeres, y miles de heridos desde el inicio de los ataques.
Entre los objetivos de los bombardeos israelíes se encuentra un alto comandante de Hezbollah, Ali Karake, considerado un líder importante del grupo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha justificado los bombardeos con el objetivo de "invertir la relación de fuerzas" en el norte del país, enfatizando la política de anticiparse a las amenazas en lugar de esperar a que se materialicen.
La situación sigue siendo muy volátil, con la posibilidad de que el conflicto se extienda a la región.